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domingo, 15 de mayo de 2011

¿Cuál es el origen de la expresión OK?



Hay muchas teorías sobre el origen del famoso okay (O.K) americano, que se extendió por Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Hoy día esta abreviatura tan familiar se ha convertido probablemente en la palabra o expresión (¿cómo calificarla?) más utilizada en el mundo.

Así, prácticamente cada lengua catalogada en todo el planeta acepta y opina con la cabeza y pronunciando ese mágico okay. Además, la expresión no se limita a enunciar sistemáticamente un “sí” banal o rutinario. En efecto, un O.K. bien situado en una conversación significa aprobar, incluso autorizar, también permite controlar el matiz. Todos sabemos que se puede traducir por “de acuerdo” o “entendido”, sobre todo en el tipo de conversación siguiente: “O.K. ya voy”. Pero estas modestas letritas llevan la sutileza expresiva hasta un “todo va bien”. Por ejemplo: “Está O.K., ya podemos salir”.

A lo largo de décadas, las acepciones no han dejado de proliferar. Así oímos hablar de “vacaciones O.K.” (agradables), de una “respuesta O.K.” (correcta), de un “objeto O.K.” (en orden de marcha o listo para funcionar), de un “esquiador OK tras una operación quirúrgica satisfactoria”. En resumen, que ya sea en forma de adverbio o de adjetivo, a esta anodina abreviatura no le faltan recursos.

A imagen de este mosaico de significados, las historias extravagantes que pretenden explicar el origen de la expresión hunden sus raíces en un prolijo folklore. Por ejemplo, muchos piensan que okay puede proceder de la palabra okeh, que pronunciaban antiguamente algunas tribus indias para decir sí. Otros la atribuyen a Obadiah Kelly, un famoso empleado de los ferrocarriles que tenía por costumbre poner sus iniciales al pie del albarán que autorizaba a un tren de mercancías a salir del muelle, pero sólo cuando todo estaba en orden. Es decir, cuando estaba O.K.

Hay otra explicación que hace referencia a la guerra de Secesión norteamericana que enfrentó a
23 estados del norte contra 11 estados del sur entre 1861 y 1865. Una guerra civil que se saldó con la victoria del norte, antiesclavistas y proteccionistas. Los soldados que redactaban cada día el parte de actividades indicaban el número de muertos, y cuando no había desaparecidos en combate en su bando, escribían 0 K (“0 killed”, es decir, cero muertos). Por añadidura, este O.K. tuvo un doble sentido, pues daba a entender que todo había transcurrido bien a lo largo de la jornada. Pero en esa época la abreviatura ya tenía varios años de existencia y, por tanto, no debe su origen a esa terrible guerra de Secesión, que llevó a la muerte a 617.000 soldados. Es decir, que no hubo muchas ocasiones de escribir O.K.

Dentro de las explicaciones fantásticas figura la de los barcos que atracaban en un puerto de Haití que se llamaba Les Cayes. Los marineros que llegaban a esa ciudad, situada en la costa sur de la isla, bañada por el Caribe, tenían la costumbre de decir que se dirigían aux Cayes, pronunciado en francés o Key. Y como la ciudad tenía el mejor ron de la isla, los marineros tomaron por costumbre designar la calidad de una buena mercancía haciendo referencia a la fama de la bebida de su puerto favorito. “This is really Aux Cayes stuff” da entonces una especie de conformidad a un producto. Algo así como “es de buena calidad”, entendiéndose que era como el ron de Les Cayes.

Esta explicación, de vivos colores y aromas exóticos, prevaleció durante algún tiempo. Hasta que Allen Walker Read, profesor de la universidad americana de Columbia, puso a todos de acuerdo. Demostró que esa enigmática abreviatura viene en realidad de la expresión oll korrect, una deformación cuanto menos chusca de all correct. Pero ¿de dónde podría venir esta variante cómica?

Sencillamente, de una forma humorística de escribir ciertas frases o expresiones dejándolas en sus iniciales, pero añadiendo una explicación. Esa manía, aparecida al final de la década de 1830, tuvo un gran éxito en los diarios de Boston, en los que se utilizaba K.Y. en vez de know yuse (no use, que significa “no vale la pena”); N.S. en vez de nuff said (enough said, “ya hemos dicho bastante”). Y, por supuesto, muchos O.K. en vez de oll korrect (all correct, “todo en orden”), reseñado por primera vez en marzo de 1839.

Mientras que las demás abreviaturas no aparecían en los artículos o dibujos más que de vez en cuando, O.K. se fue introduciendo rápidamente en las conversaciones de la vida diaria y se impuso rápidamente. Quizá porque además supone cierto sentido del humor, puesto que ni la O ni la K son correctas.

Y, por si fuera poco, un hecho político de importancia se encargó de promocionar la expresión. En 1840, Martin Van Buren (1782-1862) hacía campaña para su reelección como presidente de Estados Unidos. Nacido en el pueblo de Kinderhook, Estado de Nueva York, el octavo presidente de Estados Unidos elegido en 1837 no las tenía ni mucho menos todas consigo.

Los partidarios de Van Buren, ya muy baqueteados en el arte del marketing político, buscaban
febrilmente un eslogan que pudiera tener impacto. Entonces decidieron utilizar esas abreviaturas humorísticas tan de moda, y se decidieron por el O.K. adornando a su candidato con el simpático sobrenombre de Old Kinderhook, como llamaban a su pueblo. Así que las dos letras se convirtieron en el símbolo (y las siglas) bajo las que se apiñaron los partidarios de Van Buren, que incluso fundaron el O.K.Democratic Club para promocionar las ideas de su candidato.

En esa época los americanos ya sabían divertirse durante las campañas electorales. Y los adversarios de Van Buren se apropiaron de la expresión enseguida para ridiculizar el balance de los cuatro años anteriores del presidente. Así aparecieron numerosos O.K. por ejemplo, “orrible katastrophe” (horrible catastrophe, horrible catástrofe); orful kalamity (awful calamity, espantosa calamidad); out of Kash (out of cash, sin dinero) y muchas otras.

Al final, Van Buren sufrió una humillante derrota. Pero su sucesor, William Harrison, murió a consecuencia de una pleuresía el 4 de abril de 1841, un mes después de su toma de posesión. Con un frío glacial, había cometido la imprudencia de pronunciar su discurso inaugural con la cabeza descubierta. Sea como fuere, esta campaña electoral fue la que marcó el inicio oficial del okay.


Parece que el pueblo de Kinderhook enía que inscribir a toda costa su nombre en la historia de los orígenes del okay. Situado en el condado de Columbia, Estado de Nueva York, Kinderhook fue fundado por los colonos holandeses que se establecieron en la región a principios del siglo XVII, poco después de la exploración realizada por el inglés Henry Hudson del río y la bahía que llevan su nombre (1609-1610). Un siglo más tarde, los huertos de la encantadora región de Kinderhook darían sabrosas manzanas, muy solicitadas y comercializadas en cajas que llevaban una especie de certificado de origen: O.K. (por Old Kinderhook). Así, los consumidores se referirían a esas deliciosas manzanas O.K. para designar un producto de calidad.

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