span.fullpost {display:none;} span.fullpost {display:inline;} saber si ocupa lugar: agosto 2012

jueves, 30 de agosto de 2012

El canto gregoriano: música y religiosidad




A principios del siglo VII tuvo lugar una reordenación de los cantos litúrgicos que en los siguientes siglos se impuso sobre las otras tradiciones occidentales y marcó el posterior desarrollo de la música. La verdadera intervención del papa Gregorio I en esta reforma no está clara. Según la leyenda medieval, el papa envió misioneros a buscar melodías nuevas diciendo: “¿Por qué el demonio ha de tener todas las buenas canciones?”.

Lo que hoy llamamos canto gregoriano –y también canto llano (cantus planus), música plana, cantinela, cantus ecclesiasticus o Carmen gregorianum- es sólo una más de las muchas tradiciones que, desde las primeras comunidades cristianas, evolucionaron en distintos lugares del mundo. Aunque herederas comunes de la liturgia judía, cada una desarrolló unas características propias: en Milán nació el llamado canto ambrosiano; en España, el repertorio conocido como mozárabe, y en Francia, el galicano. El que se practicaba en Roma es conocido hoy como antiguo romano y fue la base de lo que durante muchos siglos sería la música religiosa de Occidente.

Aunque lleve su nombre, los musicólogos coinciden en negar que el papa Gregorio I (540-604) tuviera en verdad mucho que ver con el canto gregoriano. La iconografía del Medievo lo representa casi siempre escuchando melodías dictadas por un pajarillo, y la tradición le ha atribuido la agrupación de los cantos según sus características musicales, su asignación a las diferentes celebraciones del año y la fundación o reorganización de la Schola Cantorum. Cómo afectó esto al repertorio en sí –modificando melodías y estilos y creando cantos nuevos- y qué papel jugó el papa son cosas que se ignoran. Los expertos sólo han conseguido establecer que a principios del siglo VII tuvo lugar una reforma de la liturgia romana y que, en general, Gregorio I no tuvo sino un papel secundario en todo el proceso.

El problema fundamental al que se enfrenta el musicólogo al estudiar el canto gregoriano es la
carencia de documentos. Hasta el siglo IX no empezó a existir una verdadera notación. Eso también representó un problema obvio para la propia música, pues la transmisión oral y la retención mnemónica amenazaban la integridad de las melodías –introduciendo distorsiones por fallos de la memoria- así como su pervivencia y difusión. Aprender un repertorio tan extenso necesariamente retardaba la generalización del rito, lo que era totalmente opuesto a las intenciones de la Iglesia romana.

La necesidad de un sistema mnemónico tuvo una doble consecuencia: el desarrollo melódico y la creación de los primeros signos que, escritos sobre el texto, ayudaban a recordar el perfil de la música. En la melodía, esta necesidad favoreció que se aplicasen determinadas formas fijas, giros melódicos correspondientes a sílabas, palabras o frases enteras –por ejemplo, las fórmulas que, en la misa, preceden al Gloria (Gloria in excelsis Deo) y al Credo (Credo in unum Deo).

En cuanto a la escritura, los primeros signos se limitaban a recordar el sentido ascendente o descendente de la melodía. Se escribían sobre el texto sin líneas ni indicaciones de ningún tipo que dieran idea de las notas exactas que se debían cantar, así que seguía siendo imprescindible retener por completo todo el repertorio. Poco a poco, estos signos fueron dando lugar a los neumas, signos que representaban giros de entre una y cuatro notas, a los que se añadieron una línea roja para representar el fa y, más adelante, otra amarilla o verde para el do. La consecuencia lógica del avance fue el tetragrama, surgido sobre todo gracias a los esfuerzos del monje benedictino Guido d´Arezzo (995-1050). Con un sistema de escritura fiable, el gregoriano aseguró su difusión y, lo que para nosotros no es menos importante, su supervivencia hasta nuestros días.

Las melodías gregorianas se clasifican en tres grupos: la más sencilla y clara es la que asigna una
nota a cada sílaba del texto, aunque en ocasiones una sílaba se extienda durante dos o tres notas: es el estilo silábico; en el estilo de neumas, las sílabas se extienden hasta unas cuatro notas, y en el estilo melismático, una sola sílaba se extiende a través de muchas notas. Cuando un melisma se prolonga, la música se independiza de su función litúrgica y se convierte simplemente en experimentación, juego y variación melódica, es decir, un cuidadoso desarrollo artístico que exige una depurada técnica vocal. Las formas silábicas, cuya belleza está en el desarrollo completo de las frases, eran empleadas cuando se quería un canto más sencillo, no sólo por necesidades litúrgicas, sino por la habilidad de los intérpretes. Los cantos destinados al pueblo eran silábicos y los cantos neumáticos y melismáticos se reservaban a los cantores expertos –schola cantorum o coro-.

Par seguir una melodía gregoriana es necesario entender el texto; saber, no sólo de qué está hablando, sino en qué momento de la frase se encuentra. Sus periodos siguen todos un mismo esquema: describen como un arco –ascendente y descendente- y, en general, mantienen características –ritmo, intervalos, entonación- próximas a las del lenguaje hablado. Esta puesta al servicio del texto hizo que al principio las ornamentaciones melismáticas se colocaran sólo en lugares que no oscurecieran el sentido, bien conocido por todos –los kyrie o los aleluya-, o en la última palabra. Con el tiempo, de camino hacia lo que sería la polifonía, el melisma se colocaría en cualquier parte.

Suelen considerarse cuatro formas de canto gregoriano: composiciones salmódicas, estróficas, monólogos/diálogos y comáticas. La forma que prevalece, la más definida y elaborada, es la basada en los salmos, hasta el punto de que hay musicólogos que simplemente dividen el canto gregoriano en salmódico y no salmódico.

El versículo de los salmos está compuesto de dos partes; la melodía recrea esta estructura: el cantante entona un motivo en la primera parte del versículo y es respondido o completado en la segunda parte. Hay tres formas de salmodia: la de responsorio –el coro contesta con un estribillo (respuesta o responsorio) a los versículos cantados por el solista-; la salmodia directa –carece de estribillo-; y la salmodia antifonal –el coro se divide en dos grupos que se alternan en el canto-.

Las composiciones estróficas se dan cuando la melodía se repite en cada estrofa (himnos) o bien una
melodía se repite durante dos versos para dar lugar a una melodía nueva que se repetirá otros dos versos y así sucesivamente (secuencias).

Formas menos definidas musicalmente y más dependientes del carácter dramático son las composiciones basadas en monólogos y diálogos. Los monólogos los cantan el propio celebrante o los demás religiosos, y los diálogos son interpr3tados por los religiosos y los fieles.

En el cuarto grupo está la composición comática, esto es: dividida en versos cortos. A este tipo de composición pertenecen los cantos del oficio y de la misa que no tienen una estructura estrófica o salmódica. Se centran en la acentuación de las palabras individuales, no en la estructura de los versos.

La forma musical religiosa del canto llano, basado en los cantos monofónicos, tenía que evolucionar. La necesidad de encontrar nuevas formas expresivas, los hallazgos realizados durante los cantos melismáticos y el desarrollo de una notación musical cada vez más exacta favorecieron que los cantantes, libres de la obligación de memorizar todo el repertorio, empezaran –en el siglo X- a experimentar con la combinación de voces, al principio sólo reproduciendo la melodía a diferentes alturas y, después, introduciendo cambios rítmicos y melódicos. Así comenzó la armonía y el contrapunto.

El gregoriano no desapareció inmediatamente con el desarrollo de las nuevas formas de los siglos X y XI, sino que estaba implícito en ellas –estilo y expresividad de las melodías, intervalos, desarrollos melismáticos…-. No fue una ruptura. En las composiciones de los siglos siguientes, el antiguo canto llano convivió con las novedades, ya fuera insertado en medio de las composiciones recientes, ya fuera porque los compositores se basaban en los temas gregorianos para crear sus obras. Pero la separación entre la creación y la antigua monodia era inevitable. La Iglesia, a finales del siglo XVI, preocupada por la degeneración del canto, encargó al maestro Palestrina que lo revisara, mas el músico murió antes siquiera de comenzar el encargo.

El gregoriano perdió fuerza en los siglos siguientes, en gran parte debido a copias corruptas de los
códices originales y a una interpretación errónea de la notación neumática. Desde el siglo XIX, esta música ha sido objeto de nuevos estudios y, en parte gracias al mercado discográfico, su interpretación ya no corre a cargo sólo de los religiosos, sino que se encuentra en manos de músicos profesionales.

El canto gregoriano no es algo cerrado o terminado. No lo sabemos todo. Hay muchas maneras de interpretarlo y los sucesivos avances en la investigación le convierten en una fuente de novedades como las que proporciona cualquier autor, si no vivo, sí con una gran cantidad de material inédito.
Leer Mas...

lunes, 27 de agosto de 2012

Sodoma y Gomorra


En el capítulo 19 del Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento, se relata la historia admonitoria de las ciudades de Sodoma y Gomorra.

Un día, tres visitantes cenaron con Abraham en su tienda cerca de Mamre, en Canaán. Cuando ya se despedían, le dijeron a Abraham que Dios iba a destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra por la maldad de sus habitantes. Abraham rogó a Dios que salvara las ciudades pero, al descubrir éste que no había nadie sin pecado en ninguna de las dos, decretó que sólo el sobrino de Abraham, Lot, y su familia, que vivían en Sodoma, merecían ser salvados.

Avisado del desastre que se avecinaba por dos ángeles, Lot huyó con su esposa y sus dos hijas. Pero su esposa ignoró el aviso de los ángeles de que no mirara a las ciudades cuando éstas fueran destruidas y se convirtió en una estatua de sal. El lenguaje es gráfico: “Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos;
y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra”.

En fechas recientes, científicos y geólogos especializados comenzaron a desvelar la realidad de esta leyenda bíblica. Encontraron evidencia de que Sodoma y Gomorra existieron y también de su destrucción a principios de la Edad de Bronce, alrededor del año 2350 a.C. Según los restos arqueológicos, las ciudades estaban situadas al sudeste del mar Muerto, posiblemente cerca de una falla. Aunque no se han hallado los restos de las poblaciones, sí se han encontrado en esta zona esqueletos con los huesos aplastados.

La descripción de la catástrofe podría encajar con la de una erupción volcánica combinada con un terremoto; o con la de la caída de un gran meteorito. Desde luego, tales acontecimientos han demostrado ser bastante calamitosos en épocas recientes. En 1883, una erupción volcánica en la isla de Krakatoa, en el estrecho entre las islas indonesias de Java y Sumatra, acabó con la vida de
36.000 javaneses.

La cuestión es, sin embargo, saber el emplazamiento de Sodoma y de las demás ciudades de la llanura antes de su destrucción. Parece que la «llanura» se refiere a toda la depresión ocupada por el río Jordán y el mar Muerto, que, según el Génesis 13.10, estaba «enteramente regada». Ciertamente, las costas del mar Muerto son hoy yermas y estériles, pero ello puede deberse a la catástrofe que se describe en este capítulo.

La posibilidad más interesante se desprende de ciertos signos que indican que, en la época de Abraham, el nivel del mar Muerto tal vez estuviera unos metros más bajo que en la actualidad. Por tanto, podría ser que en aquel tiempo el mar Muerto se encontrara limitado en su parte más profunda, a los dos tercios de la sección norte. El tercio sur, menos profundo, podría ser la llanura seca, o quizá pantanosa, donde se asentaban Sodoma y sus ciudades hermanas, con una meseta de agua dulce que mantenía fértil la zona al verterse en dirección norte en el mar Muerto. Esa zona bien podría ser el «valle de Sidim» que se menciona en Génesis 14.3.

Pudo ocurrir que la catástrofe que asoló Sodoma y las demás ciudades, ya se tratara de un volcán y de un terremoto o de la caída de un meteorito, produjera un hundimiento del terreno de manera que las aguas del mar Muerto se desbordaran hacia el sur; y tal crecida pudo agravarse a consecuencia de una elevación del nivel normal de las aguas de ese mar. Si fue así, lo que quedó de las ciudades (y si consideramos el tamaño y disposición de las ciudades cananeas del 1900 a.C, no sería mucho) acabaría cubierto por las aguas del mar Muerto.

Sin embargo, hay que advertir que fuera de la Biblia no hay pruebas de que se conociese tal catástrofe y no existen documentos ni restos de civilización alguna enterrada bajo las aguas del extremo sur del mar Muerto.

Aunque aquí no se mencionan, según el Deuteronomio otras dos ciudades de la llanura también quedaron destruidas:

Deuteronomio 29.22 ... como la catástrofe de Sodoma y Gomorra, de Adama y Seboyim, que destruyó Yahvé en su furor... Soar, la última ciudad de la llanura y refugio de Lot, se salvó.

En el Libro de Jeremías, el profeta maldice a Moab, mencionando a Soar
entre sus ciudades:

Jeremías 48.33. Huyeron el regocijo y la alegría de... Moab.
Jeremías 48.34. ...desde Soar hasta Joronáyim...

A partir del emplazamiento conocido de Moab, esto situaría con toda probabilidad a Soar al sudeste del mar Muerto, tal vez cerca del borde de la costa actual, lo bastante lejos de las demás ciudades para haber escapado a la catástrofe y a la inundación. En tiempos modernos no quedan rastros de Soar.

Hay expertos que sugieren que a principios de la Edad del Bronce ocurrió, como hemos dicho, un
terremoto de al menos 6 grados en la escala de Richter. Otras evidencias han llevado a los geólogos Graham Harris y Tony Beardow a proponer la teoría de la licuefacción: el terremoto presiona agua a través del suelo, desestabilizando el terreno. En pendientes pronunciadas, este proceso puede generar un deslizamiento de grandes dimensiones capaz de devastar edificaciones como las de la Edad del Bronce. Un fenómeno similar tuvo lugar en China en 1920, cuando un movimiento sísmico causó la destrucción de 77.000 km2. Harris y Beardow admiten, no obstante, que “el análisis de un fenómeno sísmico del pasado, especialmente uno del que se carece completamente de datos e incluso testimonios de primera mano, es difícil”, especialmente cuando tal fenómeno es especulativo y tuvo lugar en los albores de la Historia.

¿Y la referencia a la lluvia de azufre? Esto se explicaría por los depósitos naturales de asfalto, o betún de Judea, en el mar Muerto. Estas sedimentaciones habrían sido lanzadas al aire por el terremoto, cayendo sobre los edificios e incluso provocando combustiones al contacto con alguna llama. El capítulo 19 del Génesis relata: “Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de Jehová. Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno”.

En cuanto a la conversión de la mujer de Lot en estatua de sal, es muy probable que, aunque la Biblia
no mencione nunca al mar Muerto, ésta parte del mito pueda provenir de esa formación geográfica. El «mar de la Sal» o mar Muerto es el mar interior en que desemboca el Jordán, y es de lo más insólito. No presenta una extensión considerable, solo tiene setenta y cinco kilómetros de largo y no más de dieciséis de ancho. Su área mide 592 kilómetros cuadrados.

El río Jordán discurre a 425 metros por debajo del nivel del mar cuando desemboca finalmente en el «mar de la Sal», cuyas costas son más bajas que cualquier otro territorio del mundo. Si la depresión en que se asienta el mar de la Sal pudiera llenarse hasta el nivel del mar, formaría un mar interior mucho mayor, de trescientos veinte kilómetros de largo por treinta y dos de ancho

La razón por la que el mar Muerto no llena la depresión es muy sencilla. El volumen de agua que recibe es pequeño: el del río Jordán que deposita las lluvias de las montañas del sur de Siria y del Líbano. Su temperatura es alta, y en sus alrededores se han registrado hasta 60 grados centígrados; la pérdida de agua por la evaporación es elevada. Por decirlo así, el mar Muerto es una charca que se ha desecado parcialmente.

El agua que deposita el Jordán es fresca, pero contiene pequeñas cantidades de residuos químicos que se disuelven en el lecho sobre el que corre y en las orillas entre las que pasa. Los residuos químicos se acumulan en el mar Muerto. Si éste tuviera una abertura al océano, los residuos químicos desaparecerían tan rápidamente como entraran, y sus aguas permanecerían frescas. Pero no hay salida, y el mar sólo pierde agua por evaporación. Los residuos químicos no se evaporan, permanecen; van acumulándose de continuo y no desaparecen. En consecuencia, el mar se compone ahora del 23 al 25 por ciento de residuos químicos, en su mayor parte clorato sódico (sal común) y clorato magnésico, además de pequeñas cantidades de otras sustancias diversas. Su nombre bíblico de mar de la Sal está bien elegido.

Tan alta es la concentración de sal (siete veces la del océano), que no puede haber vida en sus aguas. Por esa razón los geógrafos griegos lo llamaron mar Muerto, y por ese nombre lo conocemos. Sin embargo, el nombre de mar Muerto no aparece en la Biblia.

Por cierto, durante la época medieval, cuando pocos europeos habían visto el mar Muerto, la
impresión que de él se tenía, surgida del capítulo decimonoveno del Génesis, era de lo más horrible. Se creía que sus aguas eran negras; los vapores que flotaban sobre ellas venenosos; los pájaros no podían volar por encima. Nada de esto es cierto, claro está. Tiene un clima pésimo, no contiene vida y sus aguas son amargas, pero exteriormente no es venenoso y, si quieren, las personas pueden bañarse. (Nadar en él es una experiencia notable, porque la concentración salina hace que el agua sea sumamente densa y uno no puede hundirse aunque lo intente.)

Como vemos, hay explicaciones racionales a la leyenda bíblica. Algunos estudiosos, sin embargo, piensan que no son necesarias, puesto que el verdadero desafío para los arqueólogos bíblicos no sería la búsqueda de ciudades desaparecidas hace milenios, sino comprender por qué los antiguos israelitas imaginaron esos mitos, mitos que quizá no tengan siquiera base real.
Leer Mas...

sábado, 25 de agosto de 2012

1985-El hundimiento del Rainbow Warrior (y 2)


 
(Continúa de la entrada anterior)
 
Otra pista apareció en la investigación. La presencia del velero Ouvea, que había zarpado del puerto de Auckland el día anterior al atentado, también olía a espionaje francés. Según la versión poco creíble de los implicados, Xavier Maniguet, un oficial retirado de la Armada francesa, especialista –cómo no- en submarinismo, había alquilado en París la embarcación por 90.000 francos, que pagó en efectivo, para aprender vela en el Pacífico sur, aunque al poco de comenzar la travesía le importó un bledo el desembolso y renunció a las clases. Escogió como tripulantes “para aprender vela” al subteniente Roland Verge, alias “Raymond Velche” y a los brigadas Jean Michel Berthelot, alias “Bartelo” y Eric Audrenc, alias “Andries”, los tres integrantes de la escuadra de nadadores de combate. Los cuatro fueron retenidos e interrogados cuando en el viaje de regreso, tras el atentado, tuvieron que atracar en Australia, procedentes de Nueva Zelanda. Algún tiempo después se lanzó una orden internacional de busca y captura contra ellos, ante el convencimiento de que habían estado involucrados directamente en el atentado.

Una tercera pista –empezaban a ser demasiadas- identificaba a una tal Frederique Bonlieu, en realidad llamada Cristine Huguette Cabon, que estuvo colaborando con la organización Greenpeace, aunque todo apuntaba a que sus verdaderas ansias eran conseguir información confidencial para poder preparar el atentado. Cabon habría sido la encargada de averiguar con todo detalle los planes de la organización para sabotear las pruebas nucleares de Mururoa y los nombres de todas las personas que les apoyaban. Tampoco pasó mucho tiempo antes de que se girara otra orden de busca y captura contra ella.

Tantas pistas (todavía faltaba una que no tardarían en descubrir: la presencia por libre del jefe de grupo, Jean Claude Lesquer), aireadas continuamente por un molesto gobierno neozelandés que estaba cada vez más crispado por la notoria presencia de un nutrido grupo de espías franceses en su territorio violando su soberanía, provocó que el presidente del gobierno francés, Laurent Fabius, interrumpiera sus vacaciones de verano para encargar una investigación oficial sobre el tema al consejero de Estado, Bernard Tricot, un hombre fuera de toda sospecha y conocido por su reputada independencia e integridad.

Fue la primera medida de un paquete preparado por el gobierno francés para limpiar su buen nombre y negar conocimiento y participación oficial en el atentado que había costado la vida al fotógrafo de Greenpeace. La siguiente acción consistió en filtrar a los medios de comunicación, dos días después del anuncio de Fabius, que efectivamente los dos detenidos en Nueva Zelanda pertenecían al servicio secreto francés y que estaban en una labor de recogida de información, pero que no tenían absolutamente nada que ver con el atentado.

Tricot tardó pocas semanas en publicar su informe, que tenía bastante que ver con las
palabras pronunciadas tras el atentado por el diplomático Charles Montan: “Francia no es en absoluto responsable del atentado”. Tricot decía que la DGSE no estaba implicada en el sabotaje contra el barco de Greenpeace y que Miterrand y Fabius se enteraron de todo una semana después de los hechos. Además, daba dos argumentos “poderosísimos” para intentar demostrar que Prieur y Mafart no pudieron colocar las bombas: “Prieur sufre de problemas en la columna vertebral que le dificultan hacer ciertos esfuerzos” y Mafart no pudo colocar las minas “puesto que se trata de un oficial que abandonó la división de nadadores de combate en 1983”. Argumentos peregrinos que, no obstante, salvaba Tricot con pericia y experiencia política al dejar bien claro al final de su informe que cabía la posibilidad de haber sido engañado por sus interlocutores oficiales durante la elaboración de su trabajo.

Las coartadas del jefe del servicio de inteligencia, Pierre Lacoste, del ministro de Defensa, Charles Hernú, y del Gobierno perdieron todo sentido cuando el 17 de septiembre el diario Le Monde empezó a desvelar lo que realmente había ocurrido: Dominique Prieur y Alain Mafart habían colocado las dos bombas en el Rainbow Warrior y había al menos otros dos equipos de la DGSE apoyando la operación desde el exterior.

En el tradicional último intento de salvar el cuello, Charles Hernú anunció al día siguiente que iba a investigar los hechos y que encontraría como fuese la verdad. El presidente Miterrand, viendo que el escándalo podía acabar también con él, exigió al primer ministro Fabius que hiciera limpieza en el servicio secreto y depurara todas las responsabilidades que hicieran falta. El día 20, incapaz de parar la creciente bola de nieve, el ministro de Defensa Hernú dimitió y Pierre Lacoste, jefe del espionaje, fue cesado después de defender ante sus superiores su derecho a no explicar algunas de las actuaciones que habían tenido lugar para así proteger a sus hombres.

El día 22, en una decisión sorprendente, Laurent Fabius hizo una declaración pública en la que reconoció que la DGSE colocó las minas que hundieron el Rainbow Warrior. Al día siguiente, el nuevo ministro de Defensa, Paul Quiles, anunciaba –como ocurre siempre en estos casos- que habían desaparecido importantes documentos del caso Greenpeace, entre ellos los que explicaban quiénes dieron la orden para el sabotaje y con qué dinero se pagó la operación.

Sólo dos de los miembros del nutrido comando del servicio secreto francés fueron finalmente juzgados. El comandante Alain Mafart y la capitana Dominique Prieur escucharon el 21 de noviembre de 1985 en Auckland la condena a diez años de reclusión por homicidio involuntario e incendio criminal que les impuso el Alto Tribunal de Justicia. Los falsos esposos Turenge consiguieron reducir la previsible mayor condena al reconocer en el último momento su culpabilidad. Sir Ronald Davidson, presidente del tribunal, calificó el sabotaje contra el Rainbow Warrior como un condenable acto terrorista que constituyó una “violación de la soberanía nacional” y que los dos espías “planearon deliberadamente una acción de naturaleza terrorista, perpetrada por motivos de naturaleza política e ideológica”.

Mafart y Prieur nunca admitieron ser miembros del servicio secreto francés, asumiendo con
convencimiento y valentía el riesgo permanente de los agentes operativos de cualquier servicio de espionaje del mundo. A cambio, el gobierno francés, que pidió públicamente disculpas al de Nueva Zelanda, pagó sus servicios leales desplegando sus redes diplomáticas hasta conseguir que Mafart fuera repatriado en diciembre de 1987 por razones de salud, y Prieur lo hiciera en mayo de 1988 al quedar embarazada. Francia tuvo que pagar 8.1 millones de dólares por daños y perjuicios a Greenpeace y 7 millones a Nueva Zelanda.

Nunca se ha llegado a saber con certeza si, como dijo el primer ministro Fabius, la
operación fue orquestada por la DGSE sin el conocimiento de las autoridades políticas o si el poder, con el presidente François Miterrand a la cabeza, lo sabía y mintió reiteradamente para salvarse, aunque se autoconvencieran de que actuaban de esa forma para salvaguardar el buen nombre de Francia.

En 1995, diez años después del atentado, el jefe del grupo operativo, Jean Claude Lesquer, fue ascendido a general. Nada se sabe del resto de los integrantes del comando. Un nuevo Rainbow Warrior surca las aguas en defensa de la naturaleza. Su antecesor, cuyo hundimiento provocó un aumento considerable de afiliados a Greenpeace, yace bajo las aguas del Pacífico convertido en un arrecife artificial.
Leer Mas...

miércoles, 22 de agosto de 2012

1985-El hundimiento del "Rainbow Warrior" (1)




En la medianoche del 10 de julio de 1985, el antiguo pesquero reconvertido en buque insignia de la organización Greenpeace estaba anclado en el puerto neozelandés de Auckland. Desde hacía siete años era el primer barco en propiedad de los ecologistas, que le habían bautizado Rainbow Warrior. El nombre no había sido elegido al azar.

En septiembre de 1971, los tres fundadores de Greenpeace habían zarpado hacia la isla de Amchitka, en Alaska, en un barco alquilado para protestar contra las pruebas nucleares que los todopoderosos Estados Unidos pensaban realizar en la zona. Al poco de comenzar la navegación, recalaron en una isla indígena, cuya tribu no sólo los acogió con toda amabilidad, sino que les familiarizaron con una de sus leyendas que marcaría el futuro de la naciente organización: “Llegará un tiempo en que los pájaros caerán del cielo, los animales del bosque morirán, el mar se ennegrecerá y los ríos correrán envenenados. En ese tiempo, hombres de todas las razas y pueblos se unirán como guerreros del arco iris contra la destrucción de la Tierra”.

Las palabras de los indios les impresionaron tanto que cuando adquirieron su primer barco no dudaron ni un momento en ponerle el nombre de “guerrero del arco iris” –Rainbow Warrior-. Con el único fin de preservar el medio ambiente y la defensa de la Naturaleza, los pioneros de Greenpeace siguieron su rumbo para evitar la explosión atómica, algo que no consiguieron. La Armada estadounidense les detuvo, pero su acción obtuvo tanto respaldo popular a nivel internacional que en poco tiempo la isla de Amchitka dejó de ser utilizada por Estados Unidos para sus pruebas nucleares.

Un fin similar era el que había llevado al Rainbow Warrior hasta las aguas de Nueva Zelanda, sólo que en este caso el enemigo a batir era Francia. Unas semanas después el buque ecologista debía encabezar una flotilla de la paz compuesta por siete embarcaciones en contra de los ensayos nucleares en el Pacífico. La manifestación de protesta debería culminar el 6 de agosto, aniversario del lanzamiento de la bomba atómica por los estadounidenses sobre Hiroshima, frente al atolón de Mururoa, en la Polinesia francesa, el lugar escogido por los galos para llevar a cabo sus controvertidos ensayos nucleares.

Esa noche de julio, la tripulación estaba de fiesta, celebrando un cumpleaños. Había en el barco una divertida torre de Babel: tres estadounidenses, dos suizos, un británico, tres holandeses, un alemán occidental, un danés, un irlandés y un portugués. Todos estaban más o menos acostumbrados a que los buques de guerra de los países que organizaban los ensayos nucleares u otras actividades conflictivas en el mar se enfadaran mucho con su molesta presencia y terminaran deteniéndoles como única forma de sacarles de las zonas de actividad. Pero para lo que no estaban preparados es para lo que les ocurrió aquella noche.

En mitad de la fiesta que celebraban a bordo, sonó un estruendo enorme, sin duda una bomba, y todos fueron despedidos hacia el muelle del puerto por la fuerza de la onda expansiva. Todos excepto Fernando Pereira, un fotógrafo holandés de origen portugués, casado y con dos hijos: estaba en ese trágico momento en el interior del barco y perdió la vida instantáneamente.

Su cadáver no tardó en ser rescatado por buceadores de la policía de Nueva Zelanda, quienes apuntaron sin duda la voladura del barco a un sabotaje. Posteriormente se demostró que dos bombas habían sido colocadas bajo la línea de flotación del navío, lo que provocó su hundimiento. Nadie en aquel momento se podía imaginar que ese atentado sería el punto inicial de uno de los mayores escándalos políticos internacionales de la segunda mitad del siglo XX.

El gobierno neozelandés se sintió muy molesto por el ataque terrorista contra el buque de la
organización ecologista. Consideraban que al haberse producido en su territorio alguien había violado gravemente sus leyes y activaron todos los mecanismos policiales y judiciales para dar caza a los responsables, fuesen quienes fuesen. Las primeras miradas escrutadoras de la opinión pública se dirigieron hacia Francia, contra cuyas maniobras en Mururoa iba dirigida la acción del Rainbow Warrior. El consejero político de la embajada francesa en Nueva Zelanda, Charles Montan, tardó escasas horas en salir al paso de los primeros rumores y declaró que su país no era responsable del atentado y que “el gobierno francés no estaba inquieto por la campaña que Greenpeace pensaba llevar a cabo en Mururoa”. Unas palabas que deberían pasar a la historia de la diplomacia.

Puede que fuera la pericia de la policía local en el seguimiento de pistas o la actuación rápida de sus servicios secretos que pidieron ayuda, entre otros, a sus íntimos colegas ingleses, pero el hecho fue que dos días después, los neozelandeses detuvieron a una pareja, Alain y Sophie Turenge, como sospechosos de colocar la bomba en el barco. En los primeros interrogatorios los dos negaron tajantemente su participación en los hechos delictivos y justificaron su presencia en el país por su deseo de bucear, una de sus aficiones preferidas. Lo llamativo para los interrogadores no fue que lo negaran absolutamente todo, sino la forma en cómo lo negaron. Estaba claro que el matrimonio Turenge estaba integrado por dos estupendos profesionales. La policía no conseguía descubrir en qué trabajo eran realmente profesionales y quién o quiénes les pagaban, aunque lo sospechaban.

El 24 de julio, después de desplegar todos sus medios, consiguieron descifrar el enigma: los detenidos
se llamaban realmente Dominique Prieur y Alain Mafart y eran agentes de la DGSE –Dirección General de la Seguridad Exterior-, el servicio secreto francés. Dominique era una mujer de 36 años, capitana de ingenieros, casada con un militar destinado en París. Alain Turenge era un comandante que, como Dominique, estaba destinado en el Centro de Instrucción de Buceadores de Combate de la isla de Córcega, perteneciente a la elitista Division Action de la DGSE. A pesar de conocerse su identidad, los dos espías negaron reiteradamente su participación en la voladura del Rainbow Warrior, lo que no amilanó a las autoridades neozelandesas, empeñadas en atravesar la tupida tela de araña que ocultaba lo que ya aparecía como una trama internacional. Según algunos datos, el MI6 –la inteligencia exterior británica- fue el encargado de identificar al falso matrimonio y de facilitar todos sus datos a sus amigos de Nueva Zelanda.

(Finaliza en la siguiente entrada)

Leer Mas...

lunes, 20 de agosto de 2012

El origen de la margarina


En 1869, Napoleón III ofreció una recompensa a quien lograra un producto sustitutivo de la mantequilla que pudiera ser utilizado en el rancho de su Marina Real. El ganador fue el químico francés Hippolyte Mèrge-Moriès, que mezcló grasas animales –que obtenía fundiendo sebo animal a 45ºC- con leche descremada, tripa de cerdo, ubre de vaca y bicarbonato de sosa, creando un nuevo producto desconocido hasta entonces.

Al observar este nuevo producto con el microscopio se veía una masa formada por pequeños glóbulos blancos, como infinitas perlitas, por lo cual se decidió llamarlo margarina, nombre derivado del griego “margaron” (“blancura de perlas”). La primera margarina empaquetada la vendió la compañía estadounidense Jelke hacia 1890.

Leer Mas...

domingo, 19 de agosto de 2012

¿Qué metal es el mejor conductor de la electricidad?




La plata.

El mejor conductor de calor y electricidad es también el más reflectante de todos los elementos. El problema, claro, es que es muy caro. La razón por la que usamos cable de cobre en las instalaciones y equipos eléctricos es porque este material –el segundo mejor conductor- es mucho más barato.

Además de sus usos decorativos, la plata se ha utilizado intensivamente en la industria fotográfica y también interviene en la fabricación de baterías de larga duración y paneles solares.

La plata tiene la curiosa propiedad de esterilizar el agua. Sólo se necesitan pequeñísimas cantidades de plata (diez partes por cada mil millones). Este importante fenómeno se conocía desde el siglo V a.C., cuando Herodoto informó de que el rey persa Ciro el Grande viajaba con su propia reserva de agua extraída de una corriente especial, hervida y almacenada en recipientes de plata.

Tanto los romanos como los griegos se dieron cuenta de que la comida y la bebida colocados en recipientes de plata no se estropeaba con tanta rapidez. Las propiedades antibacterianas de la plata se tuvieron en cuenta durante mucho tiempo antes de que se descubrieran las bacterias. Esto puede ser lo que se esconde tras la antigua costumbre de echar monedas a las fuentes y pozos. No es raro que se encuentren monedas de plata en el fondo de antiguos pozos.

Un par de advertencias antes de que comiences a llenar tu despensa de plata. En primer lugar, aunque la plata ciertamente mata a las bacterias en el laboratorio, si lo hace o no dentro del organismo es harina de otro costal. Muchas de las supuestas ventajas de la ingesta de plata están aún por demostrar: la Administración Norteamericana del Medicamento ha prohibido a las compañías promocionar los beneficios de la plata sobre la salud.

En segundo lugar, existe una enfermedad llamada argiria, relacionada con la ingesta de partículas de plata diluidas en agua. Su síntoma característico es la piel con tono azulado.

Por otra parte, utilizar sales de plata en las piscinas constituye un buen sustituto del cloro. En los Estados Unidos, los calcetines de los atletas se impregnan de plata para que no huelan.

Por cierto, el agua es un conductor extraordinariamente pobre, especialmente el agua pura, que en realidad se utiliza de aislante. Lo que conduce la electricidad en el agua no son las moléculas de H2O, sino los elementos químicos disueltos en ella. El agua marina es cien veces mejor conductora de la electricidad que el agua dulce, pero un millón de veces peor que la plata.
Leer Mas...

El cepillo eléctrico


Si alguna vez hubo un hombre que contribuyó a la reputación de los charlatanes del siglo XIX, fue el doctor Scott. No había enfermedad conocida por el ser humano que no pudiesen curar, según afirmaba, sus cepillos eléctricos. Reumas, malaria, estreñimiento… todos desaparecerían con unas cuantas cepilladas sobre el cuero cabelludo.

Sus cepillos ni siquiera eran eléctricos. Sólo tenían cilindros de hierro magnetizado entre las cerdas. Pero el buen doctor nunca permitió que una pequeñez como esa se interpusiese en su camino. “No es necesario que haya un solo enfermo en Estados Unidos… si nuestros cepillos forman parte del guardarropa de toda dama y caballero”, se leía en uno de sus anuncios. Sostenía incluso que sus cepillos perdían sus poderes curativos si los usaba más de una persona. Obviamente vendería más si todos los miembros de la familia compraban uno propio. Durante una docena de años, la gente le creyó
Leer Mas...

sábado, 18 de agosto de 2012

¿Por qué titilan las estrellas?


¿Ha apreciado usted alguna vez cómo parece temblar una moneda arrojada al fondo de una piscina? Esto sucede porque el agua tuerce el recorrido de la luz que refleja la moneda.

De forma semejante, las estrellas titilan porque la luz que emiten tiene que atravesar varios kilómetros de atmósfera terrestre antes de llegar al ojo que la observa. Es como si miráramos el universo desde el fondo de una piscina. La atmósfera de la Tierra es turbulenta: en ella se forman, agitan y dispersan sin cesar corrientes y remolinos. Estas perturbaciones actúan como lentes y prismas que desplazan la luz de las estrellas de manera minúscula de un lado a otro varias veces por segundo.

Con objetos grandes como la Luna, estas desviaciones se promedian. (No obstante, al usar telescopios con muchos aumentos, también estos parecen temblar). Las estrellas, en cambio, se encuentran tan lejos que en realidad funcionan como fuentes puntuales, y la luz que vemos parpadea a medida que los rayos incidentes se tuercen deprisa de un lado a otro.

Planetas como Marte, Venus y Júpiter, que se nos muestran como estrellas brillantes, están mucho más cerca y al telescopio se ven como discos medibles. También aquí se promedia el temblor de las regiones periféricas del disco y se percibe una variación muy ligera en el conjunto de la luz que emana del planeta.
Leer Mas...

martes, 14 de agosto de 2012

¿Cómo caminan las moscas y otros insectos por las paredes?




Numerosos insectos, como la mosca doméstica común, así como ciertos anfibios y reptiles, caminan por paredes y trepan por superficies aparentemente lisas (incluidas puertas de cristal y ventanas). El segmento situado al final de las patas de los insectos, el tarso, posee estructuras semejantes a uñas o garras que favorecen la sujeción del insecto en diferentes tipos de superficies. Estas garras tarsianas las emplean para sujetarse a las pequeñas irregularidades de las superficies rugosas. Pero, en algunos casos, los insectos recurren a una especie de pegamento. Si se trata de una superficie lisa, el insecto se sirve del efecto adhesivo del vello situado en unas almohadillas pegajosas (conocidas como arolios) localizadas en los tarsos.

Algunos insectos, como los saltamontes, cuentan con almohadillas en cada uno de los segmentos tarsales, y otros presentan ampollas adhesivas en segmentos adicionales de las patas. Los arolios suelen tener numerosos pelos que secretan una sustancia oleaginosa que les permite adherirse por sus extremos a las superficies. Esta sustancia dota a los insectos de la tracción y la sujeción necesarias para andar por superficies lisas como el cristal. Las superficies que nosotros percibimos como absolutamente lisas poseen numerosas protuberancias y fisuras microscópicas que sirven de asiento a esos pelos minúsculos.

Leer Mas...

domingo, 12 de agosto de 2012

¿Por qué nos "pitan" los oídos tras un concierto de rock?


El oído humano es un órgano extremadamente sensible. Reacciona rápidamente en caso de sobrecarga que, si se prolonga durante mucho tiempo, produce trastornos que ni el médico podrá solucionar. Cada sonido alcanza al tímpano en forma de ondas sonoras. Allí se refuerza y se transmite a los finos pelillos del oído interno. Las ondas sonoras crean una determinada presión que se eleva cuando lo hace la intensidad sonora. Si la presión es demasiado grande, las células pilosas se doblan. Paulatinamente se van recuperando, por lo que después de una carga sonora excesiva subsiste durante cierto tiempo la sensación de sordera. Si el ruido es demasiado alto, los pelos pueden incluso romperse, lo que acarreará una pérdida de la capacidad de audición en un determinado campo de frecuencia.

Leer Mas...

sábado, 11 de agosto de 2012

Henri Rousseau


Henri Rousseau fue una figura inusual dentro del modernismo: su trabajo es difícil de clasificar en algún estilo artístico definido. Sus composiciones fantasiosas no se correspondían a ninguna tradición y, sin embargo, descubrieron nuevos campos para el arte, constituyendo algunos de los cuadros más atractivos y curiosos de la vanguardia de comienzos del siglo XX.

Rousseau nació en Laval, en el noroeste de Francia, en 1844. Ya adulto, trabajó en el servicio aduanero francés hasta que se jubiló. No fue hasta que cumplió los cuarenta años que empezó a dedicar la mayor parte de su tiempo a pintar. Nunca había asistido a escuela de arte alguna.

Después de que los artistas Paul Signac y Maximilien Luce descubrieran el trabajo que Rousseau había estado realizando en privado, a partir de 1886 empezó a participar en la exposición no oficial Salon des Indépendants, en París, donde mostraba sus cuadros al lado de los lienzos de Vincent van Gogh, Henri Matisse y otras figuras relevantes. Sus obras se hicieron merecedoras de muchos halagos teniendo en cuenta que se trataba de un autodidacta. Menos sorprendente es que la crítica más conservadora, habida cuenta de los gustos “oficiales”, machacara su estilo naif.

Con la llegada del nuevo siglo, Rousseau –o el Aduanero, como se le llamaba- se convirtió en una especie de pintor de culto del movimiento vanguardista. “Henri Rousseau nos mostró lo que puede ofrecer la sencillez. Esa faceta de su versátil talento es actualmente su principal mérito”, declaró Vasily Kandinsky en el almaque Blauer Reiter en 1912, en el que se reproducían siete pinturas de Rousseau. El “Aduanero” desarrolló su estilo hasta convertirlo en uno de los más influyentes del modernismo artístico, desde el Cubismo al Realismo pasando por la Pintura Metafísica. Los surrealistas en particular se sintieron muy inspirados por la inocencia infantil y la despreocupación que destilaban sus lienzos. Lo consideraban un genio artístico que, apoyándose en sus experiencia individual, podía ver más allá que un pintor con adiestramiento académico.

Los cuadros de Rousseau procedían enteramente de su imaginación. Sus motivos los tomaba de un mundo imaginario con escasas conexiones con la realidad. Esto es especialmente cierto en sus escenas selváticas, que construía a base de planos sin relieve para expresar sus emociones (jamás había visto una selva aunque afirmaba que sí). En estas pinturas de intenso colorido con una vegetación meticulosamente representada y poblada por exótica fauna, todo parecía estático y mágico, como la escena hubiera sido paralizada en una especie de burbuja temporal: la realidad no podía distinguirse del sueño.

Junto a las pinturas de selva –a las que Rousseau se dedicó casi exclusivamente en los últimos seis años de su vida- realizó retratos, escenas urbanas y cuadros florales, todo ello siempre reducido a su naturaleza esencial.

Rousseau murió en París en 1910 sin haber salido jamás de la pobreza. Tras su fallecimiento, sus cuadros se vendieron por precios enormes.

Leer Mas...

martes, 7 de agosto de 2012

Los avatares de Visnú




Visnú, el protector, es el tercer dios de la tríada hindú. Algunos de los mitos más antiguos lo describen tomando parte de la creación. Uno de ellos nos cuenta cómo desde su vientre se abrió un loto del que salió Brahma, mientras que otro narra cómo sus tres pasos formaron el mundo de los humanos y de los dioses. Pero la más famosa de todas esas leyendas detalla sus diez avatares, las formas en las que descendió a la Tierra para protegerla del peligro o el mal.

Los avatares son, pues, formas terrestres del dios Visnu. En sus tres primeros avatares visitó nuestro plano para protegerlo de una serie de desastres naturales. Como Matsya, el pez, avisó de la inminente Gran Inundación a Manu, el primer hombre. De esta forma, Manu pudo construir un barco que le permitió sobrevivir (¿les suena el mito?). Como Kurma, la tortuga, Visnú cargó el Monte Mandara a su espalda cuando los dioses revolvieron los mares para producir el elixir de la vida. Como Varaha, el jabalí, levantó la tierra de los mares para que no quedara arrasada por otra inundación.

Los siguientes tres avatares –Narasimha el hombre-león, Vamana el enano, y Parasurama el brahmin- salvaron el mundo al derrotar diversos enemigos, incluyendo demonios y guerreros.

El séptimo avatar, Rama, es uno de los más grandes héroes de la mitología hindú: un guerrero que destruyó al malvado rey de Lanka. Su historia se narra en el gran poema épico Ramayana. A continuación, Visnú vino a la Tierra como Krisna, adorado por su propio derecho como divinidad independiente, quien derrotó a varios demonios. Krisna es también famoso por sus amantes, especialmente la leal Radha, cuya adoración por él es el ejemplo perfecto de cómo un fiel debería adorar a su dios.

Los dos últimos avatares tienen un cariz más espiritual. El primero es el Buda, el gran líder religioso y maestro que dejó atrás una vida de riquezas y privilegios para hallar la plenitud espiritual. Enseña a la gente el camino a la Iluminación y astutamente engaña a los malvados para que sean castigados. El último avatar no ha aparecido todavía. Su nombre es Kalkin y se dice que surgirá montando un caballo blanco, eliminará el mal y dará comienzo a una nueva edad dorada.
Leer Mas...

domingo, 5 de agosto de 2012

1941-El asesinato de Heydrich



Para muchas personas en la Alemania nazi, el Obergrupführer (teniente general), Reinhard Tristan Heydrich era un ejemplo de la nueva generación que ahora gobernaba su país. Nacido en 1904, era un hombre alto, rubio y de ojos azules. Era un experto jinete, practicaba la esgrima y tocaba bien el violín. Estaba casado y tenía dos hijos, Klaus y Heide.

Además, Heydrich era uno de los hombres más siniestros y temidos del Tercer Reich. En enero de 1942, dirigió la conferencia de Wannsee, que puso en marcha la “solución final de la cuestión judía”, acabó con el asesinato de seis millones de judíos, homosexuales, gitanos, comunistas y otros grupos que los nazis consideraban indeseables.

Antes de esa fecha, el 28 de septiembre de 1941, Heydrich había sido nombrado Reichsprotektor de Bohemia y Moravia (las provincias checas de la república de Checoslovaquia). Su primera acción consistió en incrementar los sueldos de los obreros de la industria pesada. Simultáneamente, ordenó a las SS que capturasen a cualquiera que opusiera resistencia y que lo arrestase, ejecutase o deportase. Esta táctica de la “zanahoria y el palo” funcionó bastante bien y la producción de armamento aumentó.

El gobierno británico tenía la intención de eliminar a este sanguinario nazi, pero necesitaba el apoyo del gobierno checo, exiliado en Londres. Los checos estaban divididos entre los que temían represalias y los que querían actuar. Sin embargo, en 1941, se lanzó la Operación Antropoide. Dos soldados de las fuerzas checas libres, los sargentos Jan Kubis y Josef Gabcik, fueron entrenados por el Ejecutivo Especial de Operaciones (SOE) y lanzados sobre Checoslovaquia. Se dirigieron a Praga y contactaron con los grupos de resistencia.

Heydrich era un objetivo difícil de asesinar. Pero en el camino de casa a Praga, era acompañado tan sólo por su conductor. Se eligió la esquina de Kirchmayerstrasse y Klein Holeschowitzerstrasse para la emboscada. Gabcik llevaría una metralleta Sten de 9 mm escondida bajo la gabardina y Kubis una granada de mano antitanques modificada, metida en un maletín. Si Gabcik no conseguía matar a Heydrich, la granada sin duda acabaría con él.

El 27 de mayo, Kubis y Gabcik, con otros dos soldados checos, el sargento Josef Valcik y el teniente
Adolf Oopalka como centinelas, tomaron sus posiciones. Hacia las diez de la mañana, Valcik emitió una señal con un espejo y en el momento en que el Mercedes verde de Heydrich tomó la curva, Gabcik se desembarazó de su gabardina, sacó la ametralladora, apuntó, pero no pasó nada. Se había atascado el mecanismo.

La granada lanzada por Kubis voló por los aires. Explotó junto a una de las ruedas traseras del coche hiriendo a Heydrich. Al escaparse los soldados checos, el Oberscharführer Klein, chofer de Heydrich, se lanzó a perseguir a Valcik. Hubo un breve tiroteo, pero Valcik escapó.

Heydrich fue transportado al hospital de Bulokvka, donde fue intervenido para retirarle los pedazos de metralla y los fragmentos de relleno del asiento que tenía alojados en el abdomen. A pesar de todos los esfuerzos, murió por envenenamiento de la sangre el 4 de junio de 1942. El día 8 fue enterrado en el cementerio Invaliden de Berlín.

Se declaró la ley marcial y las SS y la Gestapo llevaron a cabo una investigación a fondo. El 9 de junio, obedeciendo a la falsa información según la cual los habitantes de las aldeas de Lidice y Lezaky, cerca de Praga, habían ayudado a los paracaidistas, las SS entraron en las aldeas, ejecutaron a 198 hombres, transportaron a 184 mujeres al campo de concentración de Ravensbrück y enviaron a 11 a la cárcel. Se llevaron a 98 niños. Los que fueron considerados racialmente aptos, fueron adoptados por familias de las SS. Mientras, destruyeron las aldeas completamente y en Lidice, hasta cambiaron el curso del río. Karl-Hermann Frank, el nuevo Reichsprotektor, declaraba con orgullo que ahora sólo podría crecer maíz donde antes estaba el pueblo.

El 18 de junio, traicionados por Karel Curda, un compañero de las SOE, Kubis, Gabcik, Valcik y Opalka, junto a otros tres partisanos de la resistencia, quedaron atrapados en la iglesia de San Cyril y San Methodus, en Praga. Las SS atacaron en la madrugada.

Tres hombres –Jaroslavl Svarc, Opalka y Kubis- murieron al instante en un tiroteo desde uno de los
balcones de la iglesia. Los cuatro que permanecían en la cripta (Gabcik, Valcik, Jan Hruby y Josef Bubvlik), siguieron luchando. Consiguieron mantener a raya a 760 soldados de las SS. Durante el enfrentamiento, los dos grupos mataron a 14 hombres de las SS e hirieron a 21.

Esa misma mañana, bajo las órdenes de las SS, los bomberos de Praga comenzaron a introducir agua en la cripta a través de los orificios de ventilación. Hacia el mediodía, tras seis horas de tiroteo, los miembros de las SS escucharon cuatro tiros, seguidos de un largo silencio. Los cuatro hombres se habían reservado las últimas cuatro balas.

Fue tal el reinado de terror instaurado tras la ejecución de Heydrich, que Bohemia y Moravia no volvieron a molestar a los alemanes en el resto de la guerra. Sin embargo, el organizador de la Operación Antropoide declaró más tarde: “dadas las circunstancias del momento, fue un buen intento. Fue la mayor operación de resistencia del país, y es una página importante en la historia de Checoslovaquia en la Segunda Guerra Mundial. Los checos deberían estar orgullosos de ello. Yo lo estoy”.
Leer Mas...

viernes, 3 de agosto de 2012

¿Qué metales son líquidos a temperatura ambiente?


Además del mercurio, el galio, el cesio y el francio son todos líquidos a temperatura ambiente. Como estos líquidos son muy densos (y al mismo tiempo metales), ladrillos, herraduras y hasta balas de cañón podrían teóricamente flotar sobre ellos.

El Galio (Ga) fue descubierto por el químico francés Lecoq de Boisbaudran en 1875. Todo el mundo creyó que era un nombre patriótico, pero gallus es la palabra latina tanto para “galo” como para “gallo”, que es el nombre del químico en francés (Lecoq=gallo). Fue el primer elemento nuevo que confirmó la predicción de Dmitri Mendeleviev de la tabla periódica. El Galio se utiliza sobre todo en chips de silicio gracias a sus extrañas propiedades electrónicas. Los reproductores de CD también lo usan porque cuando se mezcla con arsénico transforma una corriente eléctrica directamente en una luz láser, la que se utiliza para “leer” los datos de los discos.

El Cesio (Cs) es utilizado en los relojes atómicos y se usa como definición teórica del segundo como medida de tiempo. También explota violentamente cuando entra en contacto con el agua. Su nombre significa “cielo azul” por las brillantes líneas que forman su espectro. Fue descubierto en 1860 por Robert Bunsen utilizando el espectroscopio que había inventado junto a Gustav Kirchoff, el hombre que anteriormente había descubierto que las señales que viajaban por las líneas de telégrafo lo hacían a la velocidad de la luz.

El Francio (Fr) es uno de los elementos más escasos de la Tierra: se ha calculado que sólo hay unos 30 gramos en todo el planeta. Esto es debido a que su radioactividad es tan intensa que rápidamente degenera en otros elementos más estables. También es un metal líquido a temperatura ambiente, pero no permanece en ese estado durante mucho tiempo (unos pocos segundos como mucho). Fue aislado en 1939 por Marguerite Perey en el Instituto Curie de París. Fue el último elemento que se encontró en la Naturaleza (los siguientes serían producto de la acción humana).

Estos elementos se encuentran en estado líquido a temperaturas inusualmente bajas para los metales, porque la disposición de los electrones en sus átomos hace que sea difícil para ellos acercarse unos a otros para formar una red cristalina. Cada átomo flota libremente, sin ser atraído por sus vecinos, que es exactamente lo que ocurre en otros líquidos.
Y esto el resto. Leer Mas...