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miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿Por qué el hombre muere antes de sed que de hambre?




El organismo obtiene energía al ingerir comida, y estos alimentos pueden ser almacenados en el panículo adiposo o en el hígado. Cuando durante un gran espacio de tiempo no se ingieren sustancias vitales como son los minerales, las vitaminas o las grasas, el cuerpo puede, en parte, crearlas por si mismo e incluso absorberlas de los huesos. Este proceso no es bueno para la salud, pero durante un largo periodo de tiempo, de dos a tres semanas, puede mantener con vida a la persona afectada.

Además del alimento, el organismo necesita agua para la formación de las células y para todos los procesos biomecánicos, y el agua no se puede almacenar. Unos 200 a 300 mililitros de agua se evaporan a diario a través de la piel. En caso de un gran esfuerzo, o si se padece mucho calor, la evaporación es mayor. Gran cantidad de agua es eliminada también a través de los riñones, que son los responsables de la excreción de los productos nocivos. Por ello es muy importante que todos los días se beba al menos 2 o 3 litros de líquido (¡ojo!, de líquido, no necesariamente de agua)

La falta de agua puede acarrear dolores de cabeza, malestar y falta de concentración. Según las condiciones climáticas, los efectos de la ausencia de líquido pueden ser tan severos que al cabo de 3 a 5 días sean irreversibles y permanentes. Los dos problemas mayores: los riñones no pueden seguir trabajando para desintoxicar el cuerpo y, además, la sangre se hace cada vez más sólida y no puede ser transportada. Esto lleva a un abastecimiento incompleto de todos los órganos, sobre todo del cerebro.

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martes, 24 de septiembre de 2013

¿De qué esta hecho el cuerno de rinoceronte?


Un cuerno de rinoceronte no está hecho, como algunos piensan, de pelo, sino de fibras muy compactas de queratina. Ésta es una proteína que se puede encontrar en el cabello o las uñas humanas así como en las garras y pezuñas de los animales, las plumas de los pájaros, las espinas de los puercoespines o las conchas de armadillos y tortugas.

Los rinocerontes son los únicos animales que cuentan con un cuerno hecho íntegramente de queratina. A diferencia de los que lucen antílopes, cabras, vacas o jirafas, por ejemplo, los de los rinocerontes no tienen un núcleo óseo. El cráneo de un rinoceronte muerto no muestra signo alguno de que su estructura ósea tenga cuernos. Mientras viven, su cuerno está adosado a una protuberancia endurecida de su piel sobre el hueso nasal.

El cuerno de un rinoceronte a veces se puede deshacer si se corta o sufre algún daño, pero los ejemplares jóvenes pueden regenerarlos completamente. Nadie sabe cuál es exactamente su función, aunque las hembras a las que se les ha cortado el cuerno no consiguen cuidar adecuadamente de sus crías.

Los rinocerontes son animales en peligro de extinción en buena medida debido a la demanda de sus cuernos. El cuerno de rinoceronte africano sigue teniendo un enorme valor, tanto para su uso en la farmacopea tradicional china como para fabricar empuñaduras de dagas en Oriente Medio, especialmente Yemen.

Existe la errónea creencia de que el cuerno de rinoceronte se utiliza como afrodisiaco. En realidad, su efecto es tranquilizador y se utiliza en afecciones relacionadas con la hipertensión y la fiebre. No obstante, los propios especialistas chinos han reconocido que una aspirina causa incluso más efecto.

En un intento desesperado de impedir la caza furtiva, en algunas zonas de África se les han quitado a los animales sus cuernos. El problema es que en muchas ocasiones, los cazadores furtivos matan de todas maneras al animal: durante días han seguido sus huellas para nada y no quieren volver a perder el tiempo, así que los matan.

Sólo en 2011, 448 rinocerontes fueron abatidos para cortarles los cuernos solamente en Sudáfrica. Cuanto más pobre es el país mayor es la tentación para mucha gente de conseguir una fortuna matando un rinoceronte. Y es que un cuerno de tamaño medio puede valer hasta un cuarto de millón de dólares en Vietnam.

“Rinoceronte” es una palabra que está formada a partir del griego “rino” (nariz) y “keras” (cuerno). Sobreviven cinco especies de rinoceronte: negro, blanco, indio, javanés y de Sumatra. El rinoceronte de Java es uno de los animales en mayor peligro de extinción del mundo: ¡sólo quedan sesenta en libertad!.

Los rinocerontes blancos no son blancos. Es una corrupción del término afrikáner “weit”, que significa “ancho” y que se refiere a la boca del animal más que a su anchura corporal: los rinocerontes blancos carecen del labio móvil de los negros que éstos utilizan para ramonear en los árboles.

El rinoceronte tiene un excelente sentido del olfato y el oído, pero su vista es terrible. Son por lo general animales solitarios, relacionándose con sus congéneres sólo en la época de apareamiento.

Cuando se les asusta, los rinocerontes orinan y defecan en cantidades prodigiosas. Para atacar, los asiáticos muerden; los africanos cargan. Un rinoceronte negro, a pesar de la cortedad de sus patas, puede alcanzar los 55 km/h.

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domingo, 22 de septiembre de 2013

El origen de la lavadora





¿Cómo se las arreglaba el ama de casa antes de que se inventara la lavadora? En la Roma clásica el lavado de la ropa era atendido por lavanderías públicas a menudo ubicadas junto a los caminos. La ropa se pisaba en tanques de agua de la misma manera que la uva en los lagares para hacer vino. Quien no podía pagar este servicio hacía su propia colada. Lo corriente era embadurnar la ropa sucia en barro y golpearla contra los cantos rodados de la orilla del río hasta arrancar la suciedad. Luego se emplearon palas de madera, y más tarde apareció la tabla de lavar, donde se volteaba una y otra vez la prenda.

La tina de madera para el lavado de la ropa fue solución muy recurrida en la Edad Media: se trataba de cubetas a modo de cajas que se llenaban de agua caliente jabonosa, donde la ropa se meneaba una y otra vez con palas; también se empleó la batidora o prensa para la ropa. Pero durante mucho tiempo la colada se hizo a mano, colocándose la ropa en un cubo y agitándola con un removedor. Era el procedimiento más común.

¿Cuándo empezó a sofisticarse un poco la cosa? El procedimiento del lavado comenzó a ser estudiado hacia 1677 por un noble londinense llamado John Hoskins, de quien escribió el científico inglés Robert Hooke, amigo suyo, muy impresionado por algo que vio en su casa:

“Tiene el caballero Hoskins un procedimiento para lavar las telas finas, y en meterlas dentro de una bolsa de cordel de fusta sujeta por un extremo y retorcida por una rueda y cilindros sujetos al otro extremo. Gracias a ello las telas más sutiles se lavan al retorcerlas sin que se dañen”.

El invento de Hoskins alivió los problemas derivados del fétido olor de los vestidos cortesanos, olor que hacía irrespirable el aire de los salones cerrados en bailes y recepciones de gala palaciega. Aquellos vestidos no se lavaban, por impedirlo la naturaleza de sus telas y terciopelos. Las señoras vestían los trajes un número limitado de veces y los abandonaban cuando el olor los hacía insoportables. También se optaba por regalarlos a sirvientas y doncellas de confianza que al vestirlos no decían que estaban tan elegantes como sus señoras, sino que olían como ellas.

Hoskins no solucionó el problema, fue la suya sólo una ocurrencia ingeniosa de difícil aplicación. Hoskins sólo estaba interesado en solucionar el problema de su casa, cosa que logró, pero lo ingenioso de su idea resultaba impracticable a gran escala.

A fin de dar con un remedio práctico el ingeniero británico John Tyzacke patentó en 1691 en Londres
una lavadora industrial para eliminar del tejido los restos del proceso de fabricación, invento que acabó con el hervido de las prendas en calderas gigantes donde eran removidas con palas manejadas por un par de fornidos operarios, proceso que se sustituyó por palas accionadas a manivela mientras el tejido hervía en gigantes calderos de cobre. Aunque todavía no se había descubierto la relación existente entre la suciedad y la salud, entre los gérmenes y la enfermedad, la gente se daba cuenta de que el tejido tratado con la fórmula de Tyzacke tenía dos ventajas: tardaban más en oler mal y resultaban más suaves al contacto con el cuerpo.

Pero aquello no era una lavadora familiar, no estaba concebida para que las amas de casa la tuvieran en su casa. Eso sucedió a mediados del XIX; fue entonces cuando cristalizó la idea de colocar la ropa dentro de una caja de madera y voltearla mediante una manivela o manubrio que la hiciera girar. Era un paso más hacia la solución definitiva del problema del lavado de la ropa, paso que hizo trascendental, en 1858, un fabricante de Pensilvania llamado Hamilton Smith. Fue él quien construyó la primera lavadora de tambor, y se basó para ello en trabajos previos de un empapelador londinense llamado Henry Sidgier. El artilugio
consistía en un tambor de madera que giraba merced a una manivela conectada que removía la ropa en el interior de una pila de agua de forma hexagonal y facilitaba el lavado. A aquella máquina añadió William Thomas en 1884 un procedimiento para calentar el agua con gas, dando lugar a la primera lavadora de agua caliente, de la que decía la publicidad del momento: “Su funcionamiento es tan sencillo que hasta un niño puede lavar seis sábanas en quince minutos; las ropas quedan más blancas con esta máquina que con cualquier otra, y además duran más del doble”.

El anuncio no buscaba desbancar rival alguno, ya que era la primera lavadora de esas características en el mercado; pretendía sólo introducir el producto, poner en el ánimo de las amas de casa la lavadora de Morton. Si pensamos en la lavadora moderna que incluye secado y diferentes programas, la lavadora de Morton nos parece una pieza de arqueología. Y lo es: se trataba de un artilugio muy primitivo, pero era mejor que la cubeta de vapor e infinitamente más cómodo que ir al río o a los lavaderos públicos, como se hizo entre los siglos XVI y XIX.

No hubo nada mejor que ofrecer hasta 1906, en que se aplicó a aquel artefacto un motorcito,
iniciativa de un fabricante de Chicago, Alva J.Fisher y comercializada por la empresa Hurley Machine Company bajo la marca Thor. Pero aquellos primeros motores se colocaban externamente y debajo del cubo, y como a menudo entraba agua originaba peligrosas descargas eléctricas: las amas de casa se acercaban a aquellos artilugios con precaución.

Las cosas fueron así hasta que en 1920 se implantó el tambor mecánico y nació la lavadora moderna. En 1924, la compañía Savage Arms Corporation, de Nueva York, fabricó una lavadora eléctrica combinada con un secador giratorio, expulsando el agua mediante el centrifugado, mejora que no se valoró en su tiempo.

Hasta 1939 no aparecieron lavadoras verdaderamente automáticas, con mandos de tiempo, ciclos de lavado variables y niveles de agua prefijados. En la década de 1960 se hablaba ya de lavadora automática y aparecieron también las máquinas de tambor horizontal que acabaron con los dolores de espalda. El invento estaba perfeccionado y se convertía en un electrodoméstico tan valioso que incluso conoció el tratamiento artístico a manos del escultor Arman, que hacía espectaculares monumentos utilizando sólo tambores de lavadoras que recuperaba de las chatarrerías.

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sábado, 21 de septiembre de 2013

¿Por qué nos suenan las tripas?


El tracto digestivo humano está activo durante todo el día, incluso aunque haga tiempo que no hayamos comido nada. Si el estómago está vacío no puede desplazar al intestino nada de bolo alimenticio, sólo líquido y aire. Por ello se contrae en forma de anillos y se genera una especie de efecto gaita. El aire, al pasar por aperturas muy estrechas, hace un ruido parecido a un gruñido. A veces este efecto se desencadena por un olor o por la visualización de algo comestible. En cierto modo el estómago está preparándose para el trabajo, produce ácidos gástricos y fortalece su movimiento. Naturalmente, la mejor medida contra este efecto es comer una pequeña porción de cualquier cosa.

Después de comer, la cantidad y el tipo de alimentos influyen también en esos ruidos: una comida copiosa con gran cantidad de líquidos produce ruidos intestinales que se pueden comparar en volumen a los del estómago. Los gases que se generan durante la digestión se mezclan con los componentes del bolo alimenticio y el agua, y van avanzando paso a paso. La consecuencia son gorgoteos y sonidos de burbujas.

Un buen truco contra los ruidos de estómago es masticar semillas de hinojo. Contienen un aceite esencial que relaja los músculos digestivos y moderan los movimientos gástricos.

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martes, 17 de septiembre de 2013

Conducir en la Luna


Cuando los astronautas del Apolo empezaron a deambular por la Luna, tuvieron que utilizar un pequeño vehículo. Pero si lo que quieres es surcar el Mar de la Tranquilidad a bordo de un Ferrari o en un turismo, vas a tener que pasar algunos fines de semana hurgando bajo el capó.

Un coche normal se enfrentaría a diversos problemas en la Luna. El principal, claro está, sería la combustión. La atmósfera lunar apenas tiene oxígeno, así que el coche no podría quemar combustible para generar potencia. Además, el caucho de los neumáticos se rompería o se derretiría en la superficie, donde las temperaturas van desde la del nitrógeno líquido hasta la del agua hirviendo.

Los cambios a realizar son, por tanto, evidentes. Habría que sustituir los neumáticos por un juego de ruedas de malla metálica de la NASA y nos desprenderíamos del motor de combustión para sustituirlo por un motor eléctrico con células de hidrógeno como combustible.

Aunque lleves un buen vehículo lunar, deberás tomar otras precauciones. En la superficie sin atmósfera de la Luna, no hay posibilidad de protegerse de los rayos cósmicos, que a tales niveles de intensidad pueden aumentar un 3% el riesgo de desarrollar un cáncer en solo seis meses. Si eres de los precavidos, podrías instalar paneles llenos de agua de unos 5 cm de espesor para bloquear el paso de los protones procedentes de las erupciones solares, que podrían matarte en menos de una hora.

Una vez hechas todas las modificaciones, los beneficios serían indudables. La gravedad lunar es una sexta parte de la terrestre, así que el motor no tendría que trabajar tanto para propulsar el vehículo, y podrías recorrer seis veces más con la misma carga de batería. Y para colmo no hay tráfico. Claro que habría que transportar el coche hasta allí. Las tarifas de la NASA para el transporte a la Luna son del orden de 25.000 dólares por cada 500 gramos, así que la cosa saldría por unos 50 millones de dólares. De pronto, los pequeños cochecitos abandonados por la misión Apolo no parecen tan malos.

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domingo, 15 de septiembre de 2013

El origen de Facebook




Nadie se pone de acuerdo a la hora de definir a este joven rey de las comunicaciones. Acomplejado o no por su falta de amigos reales, el creador de Facebook ha conseguido un imposible: hacer más pequeño el mundo. Cuanto más crece la red social que un día fundó más se diluyen las fronteras.

Le gusta “La Guerra de las Galaxias”, es seguidor de los Yankees de Nueva York, no se pierde un capítulo de “Juego de Tronos” y admira al mismo tiempo a Platón y a Lady Gaga. Esta es la información básica que cualquiera puede obtener sobre Mark Zuckerberg haciendo lo que probablemente más de 1.000 millones de personas en todo el globo terráqueo realizan en algún momento del día: acceder a Facebook. El creador de esta herramienta social es, o intenta ser, una persona corriente, que viste con sudadera y chanclas, por mucho que con poco más de 20 años se convirtiera en el segundo hombre más rico de Estados Unidos y en uno de los más influyentes del planeta. Un jovencito pelirrojo, con cierto aire de despistado, que un día tuvo un sueño que enseguida pudo cumplir: dar a la gente el poder de compartir y de hacer un mundo más abierto y conectado.

De origen judío, Zuckerberg nació en White Plains, en el condado de Westchester (Nueva York) en 1984. Dicen que su pasión por la informática comenzó en su más tierna infancia y que ya con 12 años era capaz de programar. Recién cumplidos los 18 inventó junto a su amigo Adam D´Angelo –posteriormente jefe técnico de Facebook- una aplicación, denominada Synapse Media Player, capaz de predecir las canciones deseadas basándose en las elecciones previas del usuario. Algo así como un MP3 inteligente que permitía crear listas de reproducción según los gustos de cada cual. Un pequeño gran invento que el joven Mark subió gratis a la red, sin prestar atención a Microsoft y Apple, que pujaron por conseguir sus derechos.

En 2003 se matriculó en Ciencias Informáticas en la Universidad de Harvard, en Massachussets, que muy pronto se le quedaría pequeña. Es aquí, en este lugar, donde se forjó su breve leyenda, para bien y para mal, ya que en el propio campus sería donde nacerían sus primeros amigos lejanos y aparecerían sus primeros enemigos cercanos. La clave de todo hay que buscarla en la fraternidad Alpha Epsilon Pi, de la que formó parte. La institución mantiene su misma filosofía vital desde que allá por el año 1950 fuera fundada: animar a los individuos a tener una participación activa en los cambios culturales, políticos y económicos de la sociedad, para que, en última instancia, las relaciones entre las distintas generaciones no sean de oposición sino de muto enriquecimiento.

Partiendo de esta premisa, Zuckerberg se propuso que todos los miembros de esa fraternidad pudieran estar siempre en contacto de forma virtual. Así dio sus primeros pasos The Facebook, cuyo nombre hace referencia al boletín que numerosas universidades entregan a sus nuevos alumnos. Los cofundadores del proyecto fueron tres compañeros con los que compartía habitación: Eduardo Saverin, Chris Hughes y Dustin Moskovitz.

Pero, ¿era un estudiante popular el joven Mark? Hay teorías para todos los gustos y biografías no
autorizadas que lo señalan como un hombre vil y ambicioso, que robó la que sería su gran idea a los hermanos Tyler y Cameron Winklevoss y a su amigo Divya Narendra, también estudiantes de Harvard y creadores de ConnectU, un sitio web en el que los usuarios pueden agregar a personas como amigos y enviarles mensajes. Ellos siempre han sostenido que le contaron a Mark sus planes y que solicitaron su ayuda e implicación. Por eso, en 2004, interpusieron una demanda contra él alegando apropiación de secretos comerciales y robo de los derechos intelectuales, algo de lo que Zuckerberg se defendió demostrando que nunca había llegado a firmar contrato alguno con ellos y que, por tanto, jamás habían sido socios.

No es la única acusación a la que ha tenido que hacer frente en su aún corta existencia. Antes de crear The Facebook, fue denunciado por el Departamento de Servicios Informáticos de la propia universidad por haber violado la política de privacidad de sus alumnos al hackear su intranet y hacer públicas imágenes de sus compañeros, extraídas de un directorio interno, dicen que, simplemente, por sentirse rechazado por ellos. Él declaró entonces que pensaba que la información debía ser libre y abierta al público, y siguió con su propósito de crear una red social a la que, en apenas dos semanas, ya se habían agregado dos tercios de los estudiantes de Harvard y, tras unos meses, más de 30 universidades estadounidenses. La herramienta de 2004 era mucho más sencilla que la que hoy conocemos, con un muro, eso sí, en el que los usuarios podían escribir mensajes y mostrar imágenes a sus amigos. Incluir animaciones en formato flash sería una de las posteriores mejoras.

A pesar de que Zuckerberg se había puesto como objetivo terminar su carrera, el éxito conseguido le
llevó a abandonar sus estudios y trasladarse a Palo alto, en California, donde abrió su primera oficina, desde la cual rechazó las multimillonarias propuestas de compra que le llegaban desde gigantes como Yahoo! O Viacom. Convertido en uno de los emprendedores más importantes de la historia, se empleó a fondo para mejorar los servicios de Facebook, que en 2006 era ya todo un fenómeno global, con 64 millones de usuarios procedentes, sobre todo, de Estados Unidos, Reino Unido y Canada. En español no comenzó a funcionar hasta 2008.

El 24 de octubre de 2007 los medios de comunicación dieron por fin una noticia largamente esperada: Facebook anunció que Microsoft compraba el 1.6% de sus acciones. ¿El precio? 240 millones de dólares. Una minucia comparada con los 15.000 que, desde ese mismo instante comenzó a valer la red social, que pasó a convertirse también en un modelo de negocio para muchas marcas comerciales, que empezaron a ofrecer sus productos y servicios según el perfil de los usuarios. Para el recién incorporado socio la unión significaba un paso estratégico para posicionarse en Internet. Para Zuckerberg, una forma de abrir su plataforma a otros intereses.

En la actualidad, no hay empresa o personaje de relevancia que no tenga su perfil en Facebook, que en noviembre de 2011 presentó algunos cambios para disgusto de sus usuarios, que protestaron airadamente por la sustitución del muro por una biografía. Pero no ha sido este el único cambio en los últimos tiempos. El 18 de mayo de 2012 las acciones de la red social empezaron a cotizar en el mercado Nasdaq, en lo que supuso la mayor salida a bolsa de una empresa tecnológica en la historia de Wall Street. La euforia duró bien poco y tan solo unos días después se constataba el batacazo, tras la sobrevaloración inicial de las acciones, demasiado etéreas como para tener un precio tan elevado. Por eso el todavía muy joven Mark ha caído al puesto 36 en la lista que publica la revista Forbes con los nombres de los hombres y mujeres con mayor fortuna del planeta. Y eso que todavía tiene ojos para los negocios: también en 2012, Facebook compró Instagramn, aplicación gratuita para compartir fotos vía teléfono móvil. Porque es en los móviles donde, según él, está el futuro, ya que en ellos los anuncios publicitarios tienen una mejor integración.

“Facebook no fue creado originalmente para ser una compañía. Fue construido para cumplir una misión social”, esgrime Zuckerberg, su fundador y director, innovador talentoso que un día revolucionó el mundo de las comunicaciones, rompiendo las fronteras geográficas, ofreciendo al común de los mortales, totalmente gratis, la posibilidad de ser un poco más felices y de no sentirse
solos, y a las empresas la oportunidad de vender mejor sus productos. A favor, ser una herramienta ágil en la que los usuarios forman parte de grupos capaces de movilizar el mundo. Ya se sabe: quien no está en Facebook no existe. En contra, la falta de privacidad, el derecho a la intimidad destruido por los propios individuos que han aprendido a no ejercerlo. Aun así, “me gusta” sigue siendo la expresión más veces utilizada al cabo del día en cualquier rincón del universo con acceso a Internet.

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¿Por qué es oscuro el firmamento nocturno?




Si vemos estrellas por doquier, ¿por qué la luz conjunta de todas ellas no se suma para iluminar el firmamento nocturno (y, ya puestos, el espacio circundante)? El físico alemán Heinrich Wilhelm Olbers planteó lo mismo del siguiente modo en 1823: si el universo tiene un tamaño infinito y las estrellas (o galaxias) se reparten por todo este universo infinito, entonces tendría que verse una estrella en cualquier dirección a la que se mirara. Por tanto, el cielo nocturno sería resplandeciente. ¿Por qué no lo es?

La respuesta es mucho más profunda de lo que parece. A lo largo de los años se sucedieron intentos por explicar este enigma llamado paradoja de Olbers. Uno de ellos apelaba al polvo que hay entre las estrellas y, tal vez, entre las galaxias. La idea consistía en que el polvo bloquearía la luz de objetos distantes hasta tornar negro el cielo. Pero lo cierto es que la luz que incidiera en el polvo acabaría calentándolo hasta hacerlo brillar tanto como las fuentes de luz de partida.

Otra respuesta proponía que el intenso desplazamiento hacia el rojo que acusan las galaxias distantes (el alargamiento de la longitud de onda de la luz que emiten debido a la expansión del universo) desplazaría la luz de la banda visible del espectro a la banda invisible del infrarrojo. Pero si esta explicación fuera cierta, la luz ultravioleta, de longitud de onda más corta, también experimentaría un desplazamiento hacia el rango visible, y eso no ocurre.

La mejor solución actual de la paradoja de Olbers se divide en dos partes. En primer lugar, aunque el universo tenga unas dimensiones infinitas, no tiene una edad infinita. Esta cuestión es crucial porque la luz viaja a velocidad finita –si bien elevadísima- de unos 300.000 kilómetros por segundo. Solo vemos aquello cuya luz ha tenido tiempo de llegar hasta nosotros. En experiencias cotidianas, este retraso resulta minúsculo: desde el palco de una sala de conciertos veremos a la directora de orquesta alzar la batuta menos de una millonésima de segundo después de que lo haya hecho en realidad.

En cambio, cuando las distancias aumentan, también crece el retraso temporal. Por ejemplo, un astronauta en la Luna experimenta un retraso de 1.5 segundos en las comunicaciones con la sala de control de la misión debido al tiempo que tardan las señales de radio (que son una forma de luz) en cubrir el trayecto que media entre la Tierra y la Luna. La mayoría de los astrónomos coinciden en que el universo tiene entre 10.000 y 15.000 millones de años de edad. Y eso significa que la diferencia máxima desde la que podemos recibir luz ronda entre 10.000 y 15.000 millones de años luz. De modo que si existen galaxias más distantes, a su luz aún no le ha dado tiempo a alcanzarnos.

La segunda parte de la respuesta se basa en que las estrellas y las galaxias no tienen una duración
infinita. Con el tiempo se apagan. Pronto observaremos este efecto en galaxias cercanas, gracias a que la luz necesita viajar menos tiempo desde ellas. La suma de ambos efectos conlleva que en ningún momento se den todas las condiciones para iluminar el cielo en su totalidad. Nunca podremos ver a la vez la luz de las estrellas o galaxias situadas a todas las distancias posibles; o bien la luz de los objetos más distantes aún no habrá llegado hasta nosotros, o bien, de hacerlo, habrá pasado tanto tiempo que los objetos cercanos ya se habrán extinguido y apagado.

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jueves, 12 de septiembre de 2013

El tomate: ¿fruta u hortaliza?



Redondo u oblongo (de pera), el tomate se toma en salsa, en sopa, en zumo, en ensalada, crudo o guisado, incluso relleno. Acompaña a numerosos platos, sobre todo en las recetas provenzales en Francia y en los países mediterráneos. Es decir, el tomate se consume… como hortaliza. Y sin embargo, sin la menor ambigüedad científica posible, la botánica lo clasifica en la familia de las frutas.

La palabra tomate sería la deformación de un término utilizado por los indios americanos. Los incas, el pueblo peruano que dominó las mesetas andinas entre los siglos XII y XVI, cultivaban tomates pequeños que se parecían a los tomates cherry tan de moda actualmente. También conocían esa planta los aztecas, a la que llamaban jitomatl. Los españoles que se lanzaron a la conquista de América en el siglo XVI ya informan de esas plantas de un curioso fruto rojo. Y los monasterios de Sevilla, que no dudaron en especializarse en las rarezas botánicas del Nuevo Mundo, se pusieron inmediatamente a cultivar el tomate. Su fruto no sólo invadió rápidamente la cocina de toda la cuenca mediterránea, sino que adquirió fama de afrodisíaco, lo que facilitó su difusión. Y más cuando un botánico italiano le atribuyó misteriosas virtudes mágicas, clasificando al tomate al lado del a mandrágora. Era lo único que faltaba para que ese fruto rojo con forma de corazón tomara el nombre de “manzana del amor”.

Mientras el tomate hacía las delicias de los gastrónomos del sur de Europa, un científico inglés
afirmaba en 1560 que esa fruta no debería comerse bajo ningún concepto ni con ningún pretexto. En un estudio, aquel herborista famoso llegó a decir incluso que el tomate era sencillamente tóxico. Asustados, los británicos abandonaron rápidamente el fruto prohibido. Hubo que esperar hasta 1730 para que los ingleses más lanzados empezaran a utilizar el tomate en las sopas. Hasta entonces, la planta se utilizaba sólo como decorativa en los jardines.

En cuanto a Estados Unidos, tuvieron que pasar casi tres siglos para que aceptaran un tomate que hoy
día acompaña orgulloso a todas las comidas americanas desde el inevitable recipiente del kétchup. Porque, cuando el fruto gozaba de su esplendor en la cuenca mediterránea, todavía algunos al otro lado del Atlántico lo encontraban demasiado próximo a plantas sospechosas de connivencias satánicas, como la mandrágora y la belladona.

Habrá que esperar hasta principios del siglo XIX para que los cocineros de Carolina del Sur incorporen el tomate a sus salsas y guisos. Al fin, entre 1835 y 1840, una gigantesca operación de marketing por parte de los médicos libró a la “manzana del amor” de los rumores infundados que la habían acompañado y el tomate se puso de moda. El país sufrió una especie de tomatemanía: recetas, consejos, píldoras, libros, artículos de periódico… El fruto se impuso como alimento indispensable para la salud, incluso ¡como planta milagrosa que curaba la tos y prevenía contra el cólera! Los americanos nunca han tenido término medio.

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martes, 10 de septiembre de 2013

Skunk Works


Skunk Works, en Palmdale, California, es el sobrenombre con el que se conoce la sede de los Programas Avanzados de Desarrollo de la empresa Lockheed Martin, que durante décadas ha estado involucrada en proyectos secretos de referencia. La fama de Skunk Works es tal que el término se usa ahora para designar cualquier proyecto de tecnología punta que se realiza dentro de una organización de forma independiente.

Lockheed Martin se constituyó tras una fusión empresarial en 1995, pero la antigua Lockheed tiene una historia que se remonta a 1912. En 1943, el Comando de Servicio Táctico Aéreo de las Fuerzas Aéreas de EEUU se reunió con Lockheed para que desarrollara un caza a reacción. Un reducido grupo de ingenieros, bajo la supervisión de Clarence L.”Kelly” Johnson, diseñó en menos de un mes lo que acabaría siendo el XP-80 Shooting Star. Los planos de este avión aseguraron a Lockheed un contrato con el Gobierno y eso supuso la creación de Skunk Works. El nombre viene de una tira cómica, “Li´l Abner”, de Al Capp, en la que aparecía una cervecería llamada Skonk Works donde se preparaban extraños brebajes.

Johnson seleccionó y formó reducidos equipos que en los años siguientes trabajaron en una serie de proyectos de investigación altamente avanzados. En la década de los cincuenta estableció 14 normas y usos del grupo, y en la número 13 se especificaba que el acceso de personas ajenas a los proyectos e incluso al personal involucrado se controlaría con estrictas medidas de seguridad. La organización trabajaba regularmente con la CIA y las Fuerzas Aéreas, y las pruebas se hacían a menudo en la legendaria Área 51.

Skunk Works pronto se hizo famoso por su secretismo y por la ausencia de documentación oficial (a menudo los contratos se firmaban cuando los proyectos ya estaban en marcha). Jugó un papel crucial en el desarrollo de tecnologías innovadoras como los aviones espía U-2, SR-71 Blackbird y el Proyecto Have Blue, que llevó a la creación del avión invisible en 1978. El Lockheed F-117 Nighthawk, desarrollado aquí, estuvo operativo entre 1983 y 2008. A día de hoy, sigue desarrollando tecnologías de última generación, incluidas, en sus propias palabras, “aeronaves que son un hito y constantemente redefinen el vuelo”.


Aunque durante muchos años Skunk Works tuvo su sede en Burbank, California, hoy se encuentra en la Planta 42 de las Fuerzas Aéreas de los EEUU en Palmdale (California). Se calcula que Lockheed Martin recibe alrededor del 7% del presupuesto anual del Departamento de Defensa de los EEUU y Skunk Works sigue siendo su división más innovadora, con un 90% de sus proyectos calificado como secreto.

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domingo, 8 de septiembre de 2013

¿Cómo pueden provocar bienestar o repugnancia los olores?




Los olores, algunas veces agradables y otras repugnantes, nos rodean por todos los lados. Están formados por diversos componentes que penetran en nuestra nariz en forma de moléculas. La investigación sobre los olores es una ciencia muy reciente; sin embargo se sabe que existen hasta 1.000 sustancias básicas que una nariz humana puede percibir y, sobre todo, diferenciar. Sólo el aroma de una rosa está constituido por unas 500 partículas independientes.

Las células olfativas son responsables de la percepción de los olores. Un adulto posee en su nariz aproximadamente unos 30 millones de estas células, que se renuevan automáticamente con un ritmo mensual. En estas células olfatorias se asientan unos finísimos pelillos sensoriales (cilios) que, además, están cubiertos de proteínas. Cuando las moléculas aromáticas llegan a la membrana olfatoria (pituitaria), alcanzan a los cilios y allí se encuentran con las proteínas receptoras específicas. Si esto se consigue, el estímulo químico se transforma en una señal eléctrica que se envía al cerebro. Todos los receptores del mismo tipo, es decir los que captan y transmiten los mismos olores, terminan aglomerados en una región del rinencéfalo. Si allí está grabado un cierto olor, tal olor se puede reconocer y, naturalmente, valorar.

Expresado de una forma sencilla: si a este olor van asociados unos recuerdos positivos, surge el bienestar. Si, por el contrario, el olor está en un contexto de aspectos negativos, por ejemplo de comida podrida que puede dañar al cuerpo, se desencadena la repugnancia.

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¿Es la Luna volcánicamente activa?



La convicción de que la Luna fue una vez algo distinto a un frio fragmento de roca ha permanecido siempre en los dominios de lo excéntrico. Por lo que respecta a los científicos, las últimas erupciones volcánicas en la superficie de nuestra fiel compañera ocurrieron hace entre uno y tres mil millones de años, cuando se formaron las llanuras basálticas de los mares lunares. Desde entonces, los únicos cambios producidos en la superficie son resultado del constante bombardeo de meteoritos.

No obstante, en 2006, el geólogo Peter Schultz y sus colegas de la Brown University publicaron un reciente análisis de las fotos de las misiones Apolo, así como los datos de las observaciones vía satélite de la superficie lunar. Se reveló la existencia de una colina lunar que parecía más reciente de lo que debiera, probablemente de unos 10 millones de años de antigüedad.

La hipótesis afirma que pudo haber erupciones ocasionales de gas en las fisuras de la superficie, que lanzarían polvo hasta 9 metros de altura sobre la formación llamada Ina. Ello demostraría la existencia de procesos internos desconocidos. Las erupciones, que pudieron ocurrir a lo largo de esos 10 millones de años, podrían ser los restos de un núcleo de magma en proceso de enfriamiento, o quizá bolsas de gas atrapado en la corteza lunar, pero Schultz no se arriesga a defender la posibilidad de actividad volcánica: “No se trata de explosiones de lava, y como no tenemos noticia de ellas (el gas se evapora), no conocemos su temperatura. Pero sospecho que se trata de gas frío que pudo estar caliente en las profundidades”.

El equipo de Schultz aún no ha determinado con exactitud qué tipo de gases se filtran por las fisuras, aunque el satélite lunar Prospector de la NASA detectó radón, polonio y dióxido de carbono cerca de la superficie. Aún así, no cree que las erupciones impidan el desarrollo de futuras misiones o bases lunares. “De hecho”, afirma Schultz, “sería un buen lugar para explorar”.

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sábado, 7 de septiembre de 2013

Charles Manson: Satán en Hollywood (y 2)


 

(Viene de la entrada anterior)

California, julio de 1967, “el verano del amor”. El ex recluso Manson se queda atónito al ver cómo ha cambiado el mundo desde 1960. El eslogan “haz el amor y no la guerra” corre de boca en boca, mientras los grupos musicales de la Costa Oeste –Beach Boys, Grateful Dead, Jefferson Airplane- suenan por doquier; las chicas no llevan sujetador y los porros pasan de mano en mano. Entusiasmado, se une a la comunidad hippy de San Francisco, donde se dedica a tocar la guitarra y cantar por las calles. Al sentirse bien recibido en todas partes se pregunta si no será que ha nacido de nuevo. Se encuentra en el cielo.

Sobre todo cuando Mary Brunner, una bibliotecaria de 23 años, lo acoge en su hogar. Bajo su aspecto de mujer formal y recatada, Mary es toda una pionera del activismo ecológico. La idea de la protección del medio ambiente resulta totalmente nueva para Manson, quien pronto percibe su fuerza motivadora y potencial lucrativo. Gobiernos, empresas, profesores, padres, los jueces y carceleros que han abusado de él…, todo forma parte del sistema opresor que esquilma el planeta y lo destruye. Por fin ha encontrado su visión del mundo y la predica con elocuencia ante un auditorio de jóvenes que le escuchan con fervor: “Yo os mostraré el camino para salvar la Tierra y acabar con los poderes que la destruyen. Pero el paso lo tenéis que dar vosotros; yo sólo soy un preso en libertad condicional y están esperando cualquier oportunidad para volver a encerrarme”.

Así como Mary Brunner estimuló el intelecto de Manson, él fue su guía en el terreno sexual. Y debió de ser muy persuasivo, porque ella permitió que Darlene, una chica de 16 años que Charlie había recogido en la calle, se quedara a vivir en su casa. El triángulo parecía congeniar muy bien, pues siguiendo el lema “nadie pertenece a nadie; el amor es universal”, Manson retozaba con Darlene durante el día y pasaba las noches con Mary. Éste fue el origen de La Familia.

Al poco tiempo, Mary Brunner dejó su trabajo en la biblioteca universitaria y los tres se lanzaron a recorrer California en un viejo autobús escolar, visitando comunas y captando nuevos acólitos. Pronto llegaron a juntarse a bordo quince chicas, dos de ellas de 14 años, y cuatro o cinco chicos. Al mando, un Manson cada vez más arrogante y seguro de sí mismo.

La troupe se convirtió en la atracción de la Costa Oeste, desde Oregón hasta Los Ángeles, y millonarios, músicos y estrellas de Hollywood fueron presa de la fascinación por esa caravana del amor llena de jovencitas ávidas de aventura. Las puertas de las mansiones se abrían para La Familia, cuya presencia era bien recibida en las fiestas más salvajes. Dennis Wilson, batería de los Beach Boys, los alojó en su casa.

Y fue precisamente Dennis Wilson quien, sin saberlo, se convertiría en el catalizador de la tragedia
que se avecinaba. Dennis, que aprecia las canciones folk-rock de Manson, decide trabajar con él en el estudio de grabación y le presenta al productor discográfico Terry Melcher (hijo de Doris Day), que por aquel entonces vivía en una bonita casa de las colinas de Hollywood al final de una empinada calle sin salida. La dirección: Cielo Drive, 10050. Allí acude Charlie a menudo con intención de presionar a Melcher para que le firme un contrato, pero el productor le da largas. Al cabo de unos meses aparece en el mercado un nuevo álbum de los Beach Boys titulado “20/20”, que incluye “Never Learn Not To Love”. La canción aparece firmada por Dennis Wilson, pero tanto la letra como la música parecen calcadas de un tema compuesto por Manson. Éste se sube por las paredes; sabe que tiene talento, trabaja para forjarse una carrera y llegan esas adineradas estrellas de pop que viven en lujosas mansiones y le estafan. ¡Cerdos!

Así las cosas, llegamos al verano de 1969, recordado por el multitudinario festival de Woodstock. La Familia reside en el rancho Spahn y se mantiene unida por el sexo, la música, los viajes psicodélicos y la convicción de que su forma de vida es la correcta y no la que pregonan las familias convencionales y los representantes del orden establecido. Sin embargo, pese a que algunos miembros del círculo íntimo siguen fieles al ideal de paz y amor, la penuria económica acecha al grupo y Manson vuelve a robar coches y a frecuentar antiguos compañeros de chirona, peristas y rateros.

Finalmente, dos asuntos de drogas desencadenan la espiral de violencia. Por un lado, Charles Manson dispara contra un hombre de color que mantenía una disputa por un alijo de marihuana con el miembro de La Familia Tex Watson, de 23 años; desde entonces, Charlie vivirá temiendo la venganza de los negros radicales.

Por su parte, otro miembro de La Familia, el músico Bobby Beausoleil, de 25 años, se ve envuelto en una pelea con el profesor de música y traficante de mescalina Gary Hinman. Días después, Manson, Beausoleil y una de las chicas del grupo, Susan Atkins, se presentan en casa de Hinman para pedirle dinero. Cuando éste se niega, Manson le corta una oreja y abandona el lugar diciendo a sus acólitos: “Haced con él lo que queráis”. El 31 de julio, el cuerpo del traficante apareció cosido a puñaladas; Beausoleil fue detenido por asesinato mientras conducía el coche de Hinman.

Dos delitos de sangre, pánico a los negros radicales y miedo a la policía: la paranoia crece en el seno de La Familia. Urge buscar un escondite y Manson lo encuentra en una granja abandonada y aislada, situada lejos de Los Angeles, en los límites del Valle de la Muerte. El rancho Baker se convierte en el santuario donde La Familia se prepara para vivir el fin del mundo. Mezclando citas de la Biblia y canciones de los Beatles, aderezadas con unas gotas de odio racial y terrorismo ecológico, Charlie ha elaborado la teoría, aceptada ciegamente por sus fieles, de que el apocalipsis está próximo. Admirador del cuarteto de Liverpool, durante un viaje de ácido nuestro protagonista recibió la “revelación” de que el beatleiano “White Album” era un mensaje destinado a él, Charles Manson. ¡Está clarísimo! La canción “Revolution nº 9” no es sino un trasunto de Revelation 9, noveno capítulo del Apocalipsis; y el quinto ángel que sale en dicho libro bíblico no es otro que Manson (“hijo del hombre”, en inglés), mientras que los cuatro que le preceden son los propios Beatles.

En su delirio, Manson se siente el ángel exterminador enviado para castigar a los impíos que dañan la
Tierra y “no llevan el sello de Dios en su frente”. ¡El “White Album” no deja lugar a dudas! Pero “Revolution nº9” y su grito “rise!” (“¡levantáos!”) no es el único mensaje dirigido a Charles, el elegido. También están “Piggies” (“Cerditos”) y “Helter Skelter”, símbolo del caos. Manson cree que el fin del mundo vendrá por una violenta guerra racial en la que los negros destruirán a todos los blancos, menos a La Familia, que sobrevivirá en su escondite del desierto y resurgirá para recuperar el poder blanco y salvar la Tierra. Sólo hay que esperar a que los “estúpidos negros” empiecen la batalla de una vez.

Ajena a estas fantasías paranoicas, la policía estrecha el cerco en torno a La Familia. Ya han atrapado a uno de sus miembros (Beausoleil) y a principios de agosto de 1969 detienen a Mary Brunner –que por entonces había tenido un hijo de Manson- cuando intentaba comprar con tarjetas de crédito robadas. Este hecho hace perder los nervios a Charlie, quien decide que ha llegado la hora de actuar, dado que los radicales negros no parecen dispuestos a tomar la iniciativa.

La tarde del viernes 8 de agosto envía a tres de sus chicas más leales, Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Leslie van Houten, acompañadas de Tex Watson, a la casa de 10500, Cielo Drive. Manson sabe que el productor musical Terry Melcher ya no vive allí, pero eso es lo de menos: el inquilino que la habite será otro cerdo millonario y la situación de aislamiento de la villa resulta idónea para una fechoría. Tras recibir las instrucciones del maestro y hacer acopio de pistola y cuchillos, el cuarteto se pone en marcha hacia el refugio de Sharon Tate y sus amigos, cuyo espantoso y ya narrado final tuvo lugar esa misma noche.

El asesinato de Leno y Rosemary La Bianca fue perpetrado al día siguiente con el fin de hacer creíble la ficción de que había comenzado una oleada de crímenes racistas por parte de negros radicales. En esta ocasión, el propio Manson junto a Tex Watson, Patricia Krenwinkel y Leslie van Houten, todos bien colocados de ácido lisérgico, parten en busca de una mansión cuyos habitantes se ajusten al odiado patrón de “cerdos”. Cuando eligen la de los La Bianca, Manson entra por una ventana, ata a los dueños de la casa, da las instrucciones a sus acólitos y se esfuma.

Transcurrieron agosto y septiembre y la policía no encontraba respuesta para los asesinatos. Tiene
que producirse la detención de Susan Atkins, acusada del asesinato de Gary Hinman, para que empiece a hacerse la luz sobre el caso. En la prisión donde permanece recluida en régimen preventivo, Susan no para de hablar con sus compañeras acerca de su emocionante vida, de La Familia, de sus viajes con LSD, de lo excitante que resulta ver y probar la sangre… del placer de matar. El 12 de octubre, la policía detiene a Charles Manson junto a parte de La Familia en el rancho Baker.

El juicio dura un año y medio. Manson es el diablo, pero no ha matado a nadie: las tres chicas angelicales que lo han hecho por él escandalizan al mundo cuando confiesan alegremente su protagonismo en la matanza, que habrían realizado como un “acto de amor”. En marzo de 1971, Manson, Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Leslie van Houten fueron condenados a muerte, al igual que Tex Watson y Bobby Beausoleil en otro proceso paralelo. Sentencia que les fue conmutada por la de cadena perpetua tras la supresión de la pena capital.

En los años siguientes, casi todos sus miembros se arrepintieron de su pasada pertenencia a La Familia. En la cárcel, Tex Watson y Susan Atkins se convirtieron a la secta de los Cristianos Renacidos. Sin embargo, algunos permanecieron leales a Charlie y trataron de liberarle a través de acciones espectaculares. Como Lynette Fromme, en 1975, con su atentado fallido contra el presidente estadounidense Gerald Ford; o Sandra Good, quien en 1977 envió 3.000 cartas amenazadoras a presidentes y gerentes de empresas a los que consideraba destructores del medio ambiente.

De alguna manera, la siniestra lógica mansoniana –hay que asesinar para salvar el mundo- ha tenido
continuidad hasta nuestros días en fenómenos como el terrorismo radical de signo ecológico o los crímenes de enemigos de la tecnología como UnaBomber. Y del racismo de Manson y su declarada admiración por Hitler parte otra senda sangrienta que lleva hasta los supremacistas blancos de Norteamérica, los neonazis europeos y los rockeros de corte fascista como Marilyn Manson. Por otra parte, la adhesión ciega que caracterizó a los miembros de La Familia enlaza con otras sectas milenaristas como la que provocó la matanza de Waco (Texas).

En todo caso, aún no se aclarado el motivo que empujó a unas chicas jóvenes y aparentemente
positivas a asesinar sin ningún escrúpulo. Es posible que el consumo de drogas psicodélicas tuviera algo que ver en ello. Susan Atkins, quien durante sus dos años en La Familia hizo cientos de viajes de ácido, además de tomar marihuana y hongos alucinógenos, declaró que “con el LSD te sientes libre de culpa”. Pero lo más probable es que gran parte de la respuesta resida en la personalidad de Manson: un joven perdido convertido en vigoroso macho, manipulador, carismático y dotado de magnetismo sexual para atraer a mujeres jóvenes.

Manson lleva cuarenta años consecutivos entre rejas y sigue presentando peticiones de libertad condicional por diversión, mientras continúa manteniendo su inocencia en los crímenes. “Yo no lo hice”, grita a quien quiera oírle. “fueron ellas quienes los apuñalaron. Ellas, vuestras hijas, que se acercaron libremente a mí”. Era un don nadie y hoy es un mito de la historia contemporánea. Vivió dos años increíbles, ardientes, salvajes, de los que conserva muchos recuerdos. Charles Manson morirá en su celda, lo cual, en su caso, no está mal.

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